Tres días de intensas lluvias fueron suficientes para dejar una Ciudad devastada y con miles de problemas a resolver. Esto complicó la situación frente a los numerosos casos de dengue que confirmó salud semanas atrás, ante lo cual, autoridades provinciales y municipales iniciaron una fuerte campaña de control y prevención de la enfermedad.
Una de las principales acciones fue es decacharreo que inició en el barrio Matadero, ubicado a pocas cuadras del Tajamar, y luego se expandió hacia los barrios aledaños como lo es el Jardín Residencial, en el cual también hay personas con dengue y el 20 de Mayo. Cabe aclarar que se trata de barrios vecinos.
En un recorrido de Medios El Independiente por la zona este y principalmente por los lugares mencionados, se recogieron testimonios de vecinos y se registró la dura realidad que atraviesan.
Liliana Villarroel, vive hace más de 20 años a orillas del Tajamar en el barrio Carlos Saúl Menem en una precaria vivienda que se sostiene de palos, ahora húmedos por las constantes tormentas. “Quisiera que alguien nos ayude, siempre que llueve se nos moja todo, el techo es de tarima y las pocas paredes que tengo se están cayendo”, sostuvo la mujer.
“Tuve que irme a la casa de mi tía por la humedad que había y el agua que caía, además de la basura y animales muertos que trae el Tajamar cuando hay mal tiempo”, aseguró Liliana mientras recorría su casa y señalaba los huecos y plásticos caídos.
No es la primera vez que los vecinos denuncian a las autoridades la falta de saneamiento en el lugar, es un problema de larga data que necesita una solución inmediata, hoy la cantidad de agua que acumula el canal, los cúmulos de basura y los animales muertos son importante foco de dengue en la zona, “hace mucho que no vienen a limpiar el río, estamos preocupados por los casos de dengue que hay en el barrio y otros como el Joaquín Víctor González que nos queda a pocas cuadras”, dijo Mario del 20 de Mayo.
“Nos sentimos atemorizados, de nada sirve que saquen las chatarras de las casas si estamos rodeados de un río lleno de desperdicios”, sostuvo una vecina y agregó que “seria útil para nosotros que nos puedan dar repelentes, comprarlos es difícil porque son costosos”.
A pesar del intenso trabajo que realiza el Municipio junto a distintas áreas del Gobierno en materia de control y prevención, la zona en donde se registraron más casos de dengue posee un foco de contaminación acorde para la creación de criaderos de mosquitos. Las montañas de basura y el agua acumulada entre las malezas son motivo de preocupación para los vecinos de la zona.