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Uno de los Capítulos más polémico de la Ley Bases, que el Senado no está dispuesto a aprobar

El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) es un punto central de esta ley. Presentado como un estímulo para la prosperidad del país, en realidad, otorga beneficios exorbitantes a empresas de gran capital, permitiéndoles evadir impuestos y obtener privilegios fiscales por treinta años. Mientras tanto, la clase media y los más necesitados continúan soportando una carga tributaria cada vez más pesada.

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Un «regalo» a las grandes inversiones
(Por Santiago Ríos) El gobierno del Presidente Milei logró la aprobación en la Cámara de Diputados de una versión reducida de su proyecto de ley Ómnibus, acompañada de reformas tributarias que generan un desequilibrio social notable. Bajo la premisa de un supuesto estímulo a la inversión y el blanqueo de capitales, estas medidas constituyen, en realidad, una «guarida fiscal» para los más acaudalados, a expensas de la clase media y los sectores más vulnerables.

Ahora el Senado de la Nación se encuentra inmerso en un intenso debate sobre el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), una pieza central de la propuesta legislativa conocida como la «Ley Bases», impulsada por el controvertido Javier Milei.

El Sr. RIGI, como se le conoce informalmente en los corrillos del Congreso, forma parte de un esfuerzo para estimular la inversión en Argentina, promoviendo un entorno más favorable para proyectos de gran envergadura, con inversiones que superen los 200 millones de dólares. Sin embargo, su paso por el Senado no ha sido precisamente tranquilo.

Este régimen propone una serie de incentivos fiscales, aduaneros y cambiarios para atraer capital extranjero y nacional al país. Entre estos beneficios se incluyen una reducción en la alícuota del Impuesto a las Ganancias, la devolución acelerada del IVA, y la estabilidad normativa durante 30 años, entre otros.

A pesar de estos atractivos, el Sr. RIGI ha desatado una ola de críticas y controversias. Uno de los principales puntos de conflicto radica en el posible impacto sobre las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs), las cuales podrían quedar marginadas debido al alto umbral de inversión requerido. Además, se plantea el riesgo de competencia desleal con la industria local, al permitir importaciones sin aranceles.

Otro punto de discordia es la posible invalidez de normativas preexistentes, lo que podría socavar la autonomía de provincias y municipios. La falta de desarrollo de proveedores locales también ha sido objeto de críticas, ya que el régimen no contempla medidas para impulsar este aspecto crucial de la economía nacional.

En el Senado, las discusiones han sido intensas y las posiciones encontradas. Mientras el oficialismo busca asegurar los votos necesarios para su aprobación, la oposición, representada por diferentes sectores, ha planteado interrogantes y objeciones fundamentadas en aspectos técnicos, constitucionales y económicos.

El futuro del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) sigue en juego mientras el Senado continúa debatiendo su viabilidad y alcance. En un contexto de incertidumbre política y económica, la decisión que se tome respecto a este régimen tendrá repercusiones significativas en el rumbo futuro de la economía argentina.

LOS «BENEFICIOS» DEL RIGI

Estos son los beneficios que recibirán las supuestas grandes inversiones que incluye un conjunto de incentivos fiscales, aduaneros y cambiarios que es prácticamente poner un cartel de venta al pais:

  1. Beneficios impositivos:
  • Impuesto a las Ganancias:
  • Alícuota reducida del 25% para los Vehículos Titulares de un Único Proyecto (VPU).
  • Amortización acelerada de bienes muebles e infraestructura.
  • Transferencia de quebrantos impositivos no absorbidos dentro de los primeros 5 años.
  • Impuesto al Valor Agregado (IVA):
  • Devolución acelerada de saldos a favor en un plazo no mayor a tres meses.
  • Pago del IVA a través de Certificados de Crédito Fiscal transferibles a terceros.
  • Otros impuestos:
  • Computar el 100% del impuesto sobre débitos y créditos bancarios como crédito en el Impuesto a las Ganancias.
  1. Beneficios aduaneros:

«tope por inflación»

  • Exención de derechos de importación para bienes de capital, repuestos, partes e insumos.
  • Exención de derechos de exportación durante los primeros tres años para proyectos adheridos al RIGI.
  1. Beneficios cambiarios:
  • Libre disponibilidad de divisas para exportaciones:
  • 20% el primer año.
  • 40% el segundo año.
  • 100% a partir del tercer año.
  • Divisas para financiamiento local o externo sin restricciones.
  1. Estabilidad normativa:
  • Estabilidad impositiva, aduanera y cambiaria durante 30 años.
  • Garantía de no afectación por normativas más gravosas.

El «blanqueo» como complicidad

El blanqueo fiscal, una práctica recurrente en la historia argentina, se presenta nuevamente como un perdón para los que han evadido impuestos. Sin embargo, más que una medida de regularización, se convierte en una oportunidad para los más ricos de seguir eludiendo sus responsabilidades fiscales, mientras eludir «entre blanqueos» se convierte en una táctica común entre las grandes fortunas.

La minimización del impuesto a la riqueza

La reforma propone reducir drásticamente el impuesto a los bienes personales, beneficiando a los más ricos y perjudicando la progresividad del sistema tributario. Esta medida, lejos de promover la equidad, refuerza la desigualdad al eximir de impuestos a los estratos de población de mayores ingresos, mientras se carga aún más a quienes menos tienen.

La reanimación del impuesto a las ganancias

El impuesto a las ganancias, presentado como progresivo, en realidad, sigue beneficiando a las grandes empresas y perjudicando a los trabajadores asalariados. La propuesta actual, lejos de corregir esta injusticia, profundiza la carga impositiva sobre la clase media, contribuyendo al empobrecimiento de quienes menos tienen.

Eliminación del monotributo social y aumento de cuotas

La eliminación del monotributo social es otra arista de esta ley que golpea directamente a los sectores más vulnerables. Mientras se elevan las cuotas para los monotributistas de menores ingresos, se elimina una importante herramienta de inclusión social, aumentando la brecha entre ricos y pobres.

En resumen, la ley Bases, lejos de promover el desarrollo equitativo del país, beneficia a los más ricos y perjudica a la clase media y los sectores más vulnerables. Bajo la apariencia de estímulos fiscales y medidas de «alivio», se consolida una estructura tributaria regresiva que profundiza la desigualdad y la injusticia social.

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