Redacción de RiojaLibre
La Corrupción está destruyendo todos los rincones de la Provincia, y hay casos muy palpables que así lo demuestran. En nuestro primer envío de #OltaLibre vamos a ver bien de cerca uno de esos casos: el Dique de Olta. La gran motivación para que RL visite los Departamentos es poder constatar con nuestros propios ojos (y reflejarlo en Fotos, claro está) lo que muchas veces nos cuentan nuestros lectores.
«Lo que sucede con el Dique da bronca, es insólito que tengamos semejante belleza natural y no la explotemos; en Córdoba, que explotan el turismo con cualquier cosa, vivirían de un atractivo turístico como el que tenemos acá», nos cuenta un olteño en plena Plaza Principal, y luego nos desafía: «vayan a verlo y vean cómo está, abandonado y destruído, todos los veranos le ponen plata pero luego nada cuida y se roban todo».
Inmediatamente aceptamos el Desafío de Darío y fuimos al Dique. Lamentablemente, Darío tenía toda la razón del Mundo, incluso hasta se quedó corto. En el Dique de Olta se puede presenciar -como pocos lugares en el mundo- como la corrupción y desprecio humano se empeñan en arruinar una belleza natural inapelable.
Si hacemos de cuenta que te ‘vendamos los ojos’ en el camino y te descubrimos los ojos recién cuando estas frente al Dique, presenciarás el siguiente panorama:
La imponencia que arroja el Paisaje es acompañada por una tranquilidad impagable. Sin embargo, si girás 180 grados y ves la ‘Infraestructura’ de Lugar comenzarás a sentir la misma bronca e impotencia que sentimos nosotros.
Si girás 90 grados ves lo siguiente:
El plano lejano beneficia, a medida que te vas acercando vas viendo el descuido y abandono del lugar. A continuación ‘el Kiosco del Dique’:
Si soñabas con comprar un refresco, pobre iluso que confía en la promoción del Turismo de Olta. Esto verás cuando te acerques al Kiosco:
Volvés a Girar y te topás con la ‘Cantina’ del Dique:
¿Servicio de Comida rápida? ¿Mesas para descansar? No, no. Solo restos de un ‘hotel alojamiento improvisado’:
A unos pocos metros se observa una Pileta. Una prueba de la ‘inversión estatal’ para potenciar el lugar existió, y fue bien grande. Al acercarse, el siguiente panorama desolador:
Por último, los Sanitarios…
Al querer ingresar para hacer las correspondientes necesidades, te encontrás con esto:
Todo roto, todo destruido, todo robado. Algún turista quizás no ‘aguantó más’ y se vio obligado a hacer sus necesidades al aire libre (alertamos que la siguiente foto no es apta para imprescionables):
¿Cómo es posible que de la primera imagen de la nota (panorámica tomada ese mismo día) que muestra la inacabable belleza del Dique, lleguemos a esta ‘asquerosa’ última imagen, a 20 metros de la primera postal? Solo desde la corrupción y abandono por parte del Estado podemos encontrar una respuesta.
Trampas mortales, santos o vírgenes robadas, escombros, falta de focos son algunas de otras postales que abundan en el lugar:
Algo debe quedarnos claro: LA INVERSIÓN/GASTO DEL ESTADO EXISTIÓ. La plata estuvo, pero faltó cuidado y protección de la cosa pública. Según nos comentaron los lugareños, meses antes del Verano la Municipalidad ‘pone en condiciones el lugar’ para concesionarlo. Es decir, si usted va en Verano encontrará un panorama muy distinto al que aquí relatamos.
Ahora bien… ¿Por qué el Estado debe hacer TODOS LOS AÑOS el mismo gasto para ‘acondicionar’ el lugar? ¿No es más fácil -y honesto- cuidarlo durante el año para no sufrir ROBOS Y ROTURAS?.
«Se roban todo y nadie se hace cargo, nadie tiene un control ahí dentro, antes había un sereno y controlaba todo, había un bufet», nos relata un olteño. Otro, a su lado, nos aporta: «Hace un año vino un arquitecto, creo que de Santa Fe, para conocer el Parador que él había diseñado; supuestamente le habían pedido que diseñe un Parador ahí en el Dique y costó muchísima plata, pero el parador nunca se hizo, la plata si entró porque él firmó el proyecto y el presupuesto pero acá nunca se hizo nada». «El arquitecto vino a conocer y ver cómo había quedado su obra y se dio con que nunca se hizo nada», sentencia.
Por último, un cartel que se observa al entrar al Predio del Dique:
Nuestra pregunta para las autoridades competentes es… ¿Y los fondos públicos (es decir, el bolsillo de todos los olteños) malgastados todos los años -o ‘no protegidos’- quién los cuida?