Redacción de RiojaLibre
Habían pasado horas de la muerte de Mercedes Sosa cuando Charly García disparó una frase magistral para recordarla: «los artistas no mueren, porque sus obras son eternas, la ‘Negra’ vivirá cada vez que se escuche su voz en una canción«.
Esa negación de la muerte terrenal y mundana bien puede aplicarse a la figura de Juan José De Leonardi. Cada vez que un riojano pase por el Nuevo Teatro de la Ciudad o el nuevo edificio de la Municipalidad debería recordar a su hacedor: Juanjo. Fue el Secretario de Obras Públicas el creador de todas las obras importantes de la Gestión de Ricardo Quintela, e incluso excediendo el terreno municipal, ya que también es de su autoría las remodelaciones de la ex Escuela Normal para transformarla en el actual Paseo Cultural.
A la hora de buscar Arquitectos o Estudios de Arquitectura destacados en La Rioja, el nombre de Juan José De Leonardi y DeCom (su estudio) surgen casi por naturaleza. Con apenas 42 años, De Leonardi logró convertirse en uno de los arquitectos más importantes y prestigiosos de la Provincia.
La pasión que tenía por los viajes estaba directamente relacionado por su pasión por la arquitectura. En cada lugar del mundo que recorría, Juanjo se deleitaba con la arquitectura local y aprendía con cada Obra que apreciaba.
Párrafo aparte merece el análisis sobre la ‘fortuna’ que permitía estos ‘viajes’, y por la que muchas veces se lo machacó en los medios, convirtiéndolo en picadora de carne para sacar réditos políticos. Para quien no lo sabe, es bueno repetirlo una vez más: DE LEONARDI ES DE ESOS POCOS CASOS DE FUNCIONARIOS QUE YA LLEGAN RICOS A LA POLÍTICA, NO QUE SE HACEN RICOS CON LA POLÍTICA. Antes de que Ricardo Quintela lo integrase a su equipo, De Leonardi ya había amasado su fortuna.
A propósito, vale resaltas como nace esa relación Quintela-De Leonardi. Cuando construyó su casa actual (ubicada en San Isidro y Catamarca), Quintela contrató un arquitecto que -literalmente- le hizo un ‘desastre’. Alguien le recomendó el nombre de un ‘joven arquitecto muy bueno en lo suyo’, y fue así que el Intendente llegó a Juan José. La practicidad, rapidez y calidad con la que De Leonardi resolvió el ‘desastre’ que le habían dejado, convencieron a Quintela que estaba frente a un joven con un potencial tremendo que la Función Pública no podía desaprovechar.
A partir e allí se forjó una amistad que nada pudo separar. Ni las operaciones mediáticas en su contra pudieron distanciar la verdadera ‘amistad’ que existió entre ambos. La primera declaración de Quintela post tragedia resume todo: «He perdido a un amigo y hermano mio».
De Leonardi era un convencido de la capacitación profesional y los méritos propios para acceder a un cargo, situación que le provocaba algunos ‘encontronasos’ con otros sectores internos del espacio. Agobiado y cansado, en Mayo de 2013 le pidió a su ‘amigo’ alejarse de la Función Pública por un pico de estrés que había sufrido. Quintela entendió la situación, pero a cada mes insistía para que retorne. Un año lo esperó y finalmente logró convencerlo: Juan José de Leonardi volvió a hacerse cargo de la Secretaría de Obras Públicas en Mayo de 2014.
¿Por qué la Secretaría quedó vacante durante un año? ¿Por qué Quintela no designó un reemplazo? Porque para Quintela -como para muchos entendidos en la materia- las Obras en la Ciudad tienen nombre y apellido: Juan José De Leonardi.