El gobierno de Javier Milei logró exhibir, este jueves, el índice de inflación más bajo de los últimos cinco años. Sin embargo, se trata de una medición que el propio Indec reconoce que debe ser reemplazada por otra que mida más fielmente la realidad actual de los precios.
Las dudas sobre el IPC del Indec
Más allá de estos factores, lo cierto es que el IPC que el Indec utiliza actualmente, cuya serie comenzó tras el apagón de inicios de 2016, se encuentra cada vez más cuestionado, producto no solo de lo que la gente percibe en su bolsillo sino incluso de las declaraciones del propio organismo estadístico.
No se trata aquí de ninguna intervención ni falta a la buena fe de parte del Indec, sino simplemente de una metodología que ya no refleja la realidad como debería, tal y como admitió su mismo director, Marco Lavagna, en septiembre pasado, cuando anunció que preparaba el lanzamiento de un nuevo IPC.
En aquel momento, Lavagna dijo que el nuevo índice de precios se implementaría «en dos meses», o sea en noviembre pasado. Pero, desde entonces, no hubo ninguna novedad oficial sobre cuál puede ser finalmente su fecha de lanzamiento.
El problema principal es que el actual IPC utiliza una canasta de bienes del año 2004, cuando el gasto mensual típico de la población era bastante distinto al actual. Por ejemplo, incluye gastos en diario papel, cigarrillos y telefonía fija, mientras que, obviamente, no incluye gastos en telefonía móvil o servicios de streaming.
Más fundamentalmente, otorga un peso muy reducido a los servicios de luz y gas, que tuvieron un fuerte aumento proporcional con los tarifazos del ex presidente Mauricio Macri y luego con los de Milei de abril de 2024.
Al contrario, el Indec quiere implementar un nuevo IPC que tenga como base la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHO) de 2017-2018, la cual utiliza una canasta mucho más acorde a la que consume un argentino promedio actualmente.
Justamente, esta nueva canasta le daría un mayor peso a las tarifas de luz y gas, mientras que el propio Lavagna señaló que incluiría los mencionados rubros de telefonía celular o servicios de streaming. Y precisó que relevará unos 500.000 precios, contra 320.000 del IPC actual.
El nuevo IPC se demora y la gente lo percibe
Pese a que hace ya nueve meses que el titular del Indec habló de la necesidad de reemplazar al actual IPC, todavía no hubo noticias sobre su implementación.
Este jueves, ante la consulta de El Destape sobre cuándo se podría publicar el nuevo índice, en el organismo estadístico se limitaron a reiterar la misma respuesta que dieron hace dos meses. Es decir, que «finalizó en el mes de marzo de 2025 todos los desarrollos técnicos y metodológicos del nuevo IPC, así como también las consultas y testeos técnicos del nuevo indice para su implementación»
Pero que, sin embargo, todavía «se encuentra a la espera de los avales institucionales» en pos de «garantizar que las modificaciones no se introduzcan en períodos atípicos». En otras palabras, el Ministerio de Economía, del cual el Indec depende, todavía no dio la autorización final aunque ya todo está listo.
Lo curioso es que por «períodos atípicos» el Indec se refería a la posibilidad de que aumentara la inflación en abril y mayo debido a la salida del cepo. Pero ahora, incluso en un contexto más estable y de desaceleración de los precios, tampoco hay novedades oficiales sobre el lanzamiento.
Está claro que el Gobierno no tiene incentivos para lanzar el cambio ahora. Si con el nuevo IPC la inflación empieza a subir se pondrán en cuestionamiento todos los índices previos. Si, al contrario, sigue bajando, se cuestionará la nueva metodología y volverán los fantasmas (por ahora sin fundamento alguno) del período de la intervención. Es decir, mientras siga bajando el índice actual, mejor no tocar nada.
Lavagna afirmó que “las diferencias pueden ser de 0,1% o 0,2%» solamente entre el IPC actual y el nuevo. Pero el CEPA remarca que «las reestimaciones del IPC con la ENGHO 2017/2018 podrían resultar en diferencias sustanciales respecto a las mediciones actuales de inflación», de por ejemplo unos 10 puntos entre enero de 2024 y la actualidad, una cifra no desdeñable frente a una inflación oficial del período del 146%.
Es en buena medida por ello que la inflación «esperada por la gente» sigue siendo de mucho mayor a la oficial. En mayo, esta fue del 4,2%, según el relevamiento hecho por la UTDT, casi tres veces mayor a la del Indec.