El personal trainer Carlos Salman, quien es sobrino del fiscal federal riojano Horacio Salman, fue acusado de robar las hormonas de crecimiento del hijo de su ex pareja, Amira Menem, quien a su vez es sobrina segunda del ex presidente Carlos Menem. Amira atendió de manera cordial a EL FEDERAL ONLINE y contó los detalles del caso.
Amira tiene un hijo de 14 años que se llama Valentino, a quien le extrajeron un tumor cuando tenía un año y desde hace una década toma una hormona de crecimiento que él mismo se aplica a través de unos cartuchos inyectables. Cada uno cuesta 9 mil pesos y le dura 4 días y medio. El tratamiento es costeado por su obra social, OSDE. Les envían las ampollas cada 6 meses a una farmacia, a donde las retiran en una conservadora, porque hay que mantenerlas frías. Las guardan en su heladera. Y viven una vida sin complicaciones.
“Hace unos meses noté que me faltaban unas ampollas. En medio de la confusión, Valentino creyó que se las había aplicado por error y en OSDE nos aclararon que no nos las podían reemplazar. Los médicos nos dijeron que no pasaba nada si estaba dos meses sin tomarlas, pero que no podía cortar el tratamiento porque era como tirar a la basura todo lo que hicimos hasta ahora”, contó Amira. Desconfió de Salman, pero él lo negó. Y siguieron juntos. Habían empezado una relación hace unos 4 años y luego de un distanciamiento, habían vuelto a estar juntos en abril del año pasado. Tiempo después de la desaparición de las ampollas, Valentino recibió la nueva tanda de cartuchos y retomó las inyecciones.
El problema escaló cuando el padre de Valentino -que viven en Buenos Aires- viajó a La Rioja para pasar Navidad y se enteró que Salman estaba vendiendo las ampollas de su hijo. “Yo quedé alerta, hasta que un día agarré su celular y un chico que le confirmaba por WhatsApp que quería las hormonas. Hice una captura de pantalla, la guardé y le devolví el celular sin decirle nada. Mi miedo era que tirara las ampollas y las perdiera”, recordó Amira.
Los padres de Valentino empezaron a averiguar y lograron identificar al comprador, quien les dijo que había pagado 22 mil pesos por 11 cartuchos y les pidió que el menos le devuelvan la mitad de la plata. Lo hicieron. Pagaron. Y lograron recuperar las hormonas.
Salman sabía que Valentino necesitaba las hormonas, y que si las robaba Amira podía tener problemas con la obra social o incluso con el padre de su hijo. Según sus propios chats, no le importó. Las capturas que publicó una hermana de Amira en su cuenta de Facebook parecerían ser contundentes.
Amira quedó con miedo. “Si hizo esto, es capaz de hacer cualquier cosa”, reflexionó. Hoy se entrevistó con el jefe policía, Luis Páez, quien le ofreció su protección, en caso de que lo solicite.
Por su parte, Salman se defendió en Facebook. Hizo un extenso post en el que tildó a Amira de despechada, pero no explicó por qué con su teléfono celular había ofrecido las hormonas.