El hecho que se imputa ocurrió el día 23 de febrero de 2019, a horas 20:30 aproximadamente, en el barrio Cochangasta, en donde había dos camionetas Toyota Hilux, en una de ellas, estaba en el interior una persona de 40 años de edad acompañando a la víctima, mientras que en la otra camioneta, propiedad del imputado, quien venía conduciendo la misma y llevando a dos personas de acompañantes; ambas camionetas se encontraban estacionadas una a la par de la otra, mientras esperaban que abriera el portón del domicilio de la víctima.
En estas circunstancias éste último, comenzó a golpear en tono de broma con el espejo retrovisor de su vehículo, el espejo de la otra camioneta, momento en el que el imputado saca de su camioneta un revolver Taurus calibre 44 Magnum apuntando hacia la víctima, momento en el que produce un disparo de dicha arma de fuego, impactando en el joven, en la parte de la cara, provocándole lesiones gravísimas.
Al recibir este disparo en el rostro le provocó, según el primer informe médico, un shock hipovolémico, destrucción de tejido de labio inferior con destrucción de piso maxilar inferior y piezas dentarias, con orificio de salida en la región superior izquierda de su cuello. Estas lesiones no solo pusieron en riesgo la vida de la víctima, sino que dejaron secuelas permanentes en la deglución, fonación y gusto debido a la lesión definitiva en la mitad anterior de la lengua de barrido o estallido que arrasa la punta de la misma casi amputándola totalmente.
El caso
En febrero de 2019 Daniel Sbíroli, de 24 años, fue herido en la esquina de avenida Ramírez de Velasco y Cochabamba. Según indicaron los testigos, cinco amigos se encontraban en dos camionetas Toyota Hilux, tres en una y dos en la otra. Uno de ellos, identificado como Luis Gonzalo Villalba (34), sacó un arma de fuego calibre 44 por la ventanilla, disparó contra Sbiroli y le dio en el rostro.
El disparo le ingresó por la comisura de la boca y le salió por el lado izquierdo del cuello para terminar alojada en un hombro. La lesión le provocó dificultades permanentes en el habla, además Sbiroli debe comer todo procesado porque quedó con dificultades para tragar. También quedó con parálisis facial y no puede cerrar bien los ojos.