El 25 de Octubre de 2015 los riojanos optaron mayoritariamente por un Cambio, consagrando como ganadoras a las listas de –valga la redundancia- ‘Cambiemos’, encabezadas por Mauricio Macri para Presidente, y el ‘fantasma’ (así lo bautizó Beder Herrera) Héctor Olivares para Diputado Nacional. A través de la campaña del ‘cambio’, un político con 90% (Olivares) de desconocimiento popular logró vencer a una dupla que parecía imbatible si coincidían en una misma lista: Beder-Quintela.
En Nación, ese cambio se comenzó a vislumbrar rápidamente: la principal promesa de Campaña de Macri fue luchar contra la Corrupción, y hoy están presos Lázaro Báez y José López, comprometiendo seriamente a todos los funcionarios kirchneristas, sobre todo la mismísima ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ex Ministro de Planificiación Federal Julio De Vido.
En La Rioja, a pesar de que Cambiemos triunfó abrumadoramente el 25 de Octubre y el 22 de Noviembre en el Ballotage, ese ‘Cambio’ todavía no llega. Es cierto que cambió el nombre del Gobernador (Sergio Casas por Luis Beder Herrera, que estaba imposibilitado constitucionalmente para ir por un tercer mandato), pero –por lo menos en estos seis primeros meses de Gestión- las prácticas y artimañas de la ‘vieja política’ siguen repitiéndose. Con la sospecha latente de que ‘sigue mandando Beder’, Casas solo se preocupa por no quedar arrinconado en las interminables internas que tiene el PJ, cuidando su ‘buena imagen’.
Pero las últimas encuestas que se realizaron sobre suelo riojano habrían persuadido al Gobernador que ese ‘cambio’ que se votó a fines del año pasado no puede postergarse más. Beder Herrera y el Sr. Vicegobernador (no podemos nombrarlo por una medida cautelar de la Cámara Segunda) encabezan el ‘Ranking Negativo’ de los tres sondeos que se realizaron. Casi 7 de cada 10 riojanos tienen una ‘imagen negativa’ de estos dos personajes tan cercano al actual Gobernador, que por ahora sostiene un envidiable nivel de aceptación.
El cambio sobrevuela el ambiente. La palabra ‘renovación’ comienza a sonar fuerte en el seno íntimo de Sergio Casas. Esa palabrita fue instalada en los últimos meses por el Intendente Capitalino Alberto Paredes Urquiza para ‘riojanizar’ el proceso político que se está dando en todo el país, con la clara Intención ‘cambiar, pero dentro del peronismo’. Ante la concreta posibilidad de que el peronismo pierda el poder en las próximas elecciones, con la ‘renovación’ del partido, Paredes Urquiza pretende obedecer el pedido de las urnas (cambio), pero dentro del peronismo. Habrá que ver si esa viveza lingüística de APU (renovación por cambio) se traslada al terreno político, renovando en serio a la clase política.
En el entorno del Gobernador, aquellos que no titubean para catalogarse como ‘casistas’, utilizan la palabra mágica de Paredes Urquiza para intentar ‘jubilar’ al ex Gobernador. Están convencidos que ‘renovar’ significa dejar atrás la vieja política, aquella a la que los riojanos repudiaron en masa en las elecciones del año pasado, y a la que siguen rechazando en cada sondeo que llega al despacho del Gobernador. Cierto es que enfrentarse a Beder significará una cruenta lucha, en la que saben (ellos mejor que nadie) que el ex Gobernador utilizará todas las armas que tenga a su alcance para no perder el poder real de la Provincia.
Pero si Casas sigue preso de la ‘obediencia debida’, siendo un Gobernador Testimonial, esa aceptación con la cuenta en la ciudadanía desaparecerá abruptamente: pasará de ser referente de la ‘nueva’ a referente de la ‘vieja’ política en cuestión de segundos. La fecha cúlmine la dictaminarán las elecciones legislativas del próximo año: si Casas se muestra apoyando fervientemente, con todo el ‘aparato del Estado’, una probable candidatura de Beder Herrera para Senador, contará con la condena social, apelando al viejo y conocido ‘son lo mismo’. Hoy los riojanos se esperanzan con que –más allá de los compromisos que tenga- Casas ‘no sea lo mismo’ que Beder, verlos juntos en campaña durante el 2017 echará por tierra dicha esperanza.
Agosto con Cambios en el Gabinete
Según pudo averiguar RL, esta sensación de ‘cambio’ que se palpa en la Casa de las Tejas, tendrá sus primeros gestos concretos en Agosto. Al menos dos ministros y varios secretarios dejarán de pertenecer al Gabinete del Gobierno Provincial, dando lugar a nuevos nombres, impuestos por el Gobernador. Es un secreto a voces que el presente Gabinete tiene el sello del ex Gobernador, fue él quien lo diagramó; Casas solo tuvo el privilegio de ser el primero en ver los nombres elegidos.
Para que el Gobierno de Casas empiece a ser ‘el Gobierno de Casas’ y deje de ser ‘el Gobierno de Beder que gobierna Casas’, el Gobernador deberá imponer sus propios nombres, algo que en Diciembre de 2015 solo pudo hacer a cuentagotas en algunas Secretarías o Subsecretarías menores. Agosto será una nueva oportunidad para que el ‘casismo’ comience a ser cosa seria, para que la renovación en el Gobierno Provincial empiece a gestarse, dejando atrás la ‘continuidad’ que prevaleció en Diciembre último.
Varias áreas de Gobierno duramente cuestionadas, la distinción entre casistas y bederistas, y algunos espacios que intentarán ‘cobrar sus votos del 2015’ convivirán en esta posible ‘renovación’ del Gabinete. Por ejemplo, una fuente del espacio confió a RL que el Quintelismo pedirá a Casas hacer valer los 33 mil votos que le aportó el año pasado para que llegue a la Gobernación. Ricardo Quintela haría en Agosto lo que no hizo en Diciembre: pedir espacios de poder y respeto a su figura para continuar ‘aportando’ al PJ.
En las elecciones del 5J el quintelismo garantizó el triunfo de Sergio Casas, aportando alrededor de 33 mil votos (27 mil de Hugo Vera en Capital más algunos otros en Departamentos donde participó con lista propia que llevaban a Casas como Gobernador), pero a la hora de ‘cobrar’ ese aporte el pago fue totalmente insatisfactorio. Quintela NO llegó al Congreso Nacional y sus principales referentes NO fueron tenidos en cuenta en el equipo del Gobernador electo.
Si se confirma esta información que maneja RL (RQ dará un ultimátum al Gobernador para permanecer en el partido), en principio Casas tiene dos perspectivas para analizarlo. La primera es positiva: la reunión y conversación del Gitano sería con él, reconociéndolo como líder del Gobierno, y no con el ex Gobernador. La segunda no tanto: esa responsabilidad de ponerse el traje de líder le significará enfrentar este tipo de requerimientos, que darán lugar a nuevos conflictos (si el quintelismo consigue lugares en el Gabinete, el paredismo no se quedará atrás).
Si realmente quiere un cambio/renovación, Sergio Casas deberá empezar por asumir el rol de Gobernador, y tomar decisiones como tal. Seguramente, muchos espacios quedarán disconformes y muten a filas opositoras, o –peor aún- se queden en el oficialismo, pero operen en contra del Gobierno desde adentro. Nada nuevo para la política riojana. La reacción de Casas deberá ser la que aporte el aspecto novedoso. Seguir haciéndose el desentendido, simulando que es ‘neutral’ ante la infinidad de internas que existen en el partido no es el camino indicado. Nos permitimos citar a Albert Einsten: “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”. Si en el Gobierno se hace lo mismo que durante los mandatos de Beder Herrera, sería inocente esperar que la ciudadanía vea resultados distintos.
El cambio/renovación es inexorable. El contexto político nacional así lo indica. Al Gobernador solo le queda definirse si se prende en el tren de la renovación –aún con todos los problemas políticos que ello conlleve-, o si prefiere la comodidad de ser un simple testigo del manejo que la vieja política tiene sobre su Gobierno. Si opta por esta segunda alternativa, seguramente veremos en el 2017 el nacimiento de un nuevo espacio político, que pretenderá representar el cambio que exigió el riojano en las urnas, pero alejado del repetitivo radicalismo que siempre presenta a los mismos candidatos (Martínez-Brizuela y Doria).