A ocho años de la desaparición de la joven Ramona “Peli” Mercado, los familiares y amigos con el apoyo de las Madres del Dolor, organismos defensores de los derechos humanos y partidos políticos de izquierda reclamaron frente a Tribunales por una resolución judicial y su reaparición con vida. Los familiares están convencidos de que la jovencita, que al momento de su desaparición tenía apenas 14 años fue víctima de una red de trata de personas. Incluso sospechan de la participación de efectivos policiales en la desaparición de la menor. La marcha se concretó alrededor de la Plaza 25 de Mayo y culminó frente a Tribunales, donde el abuelo de la joven desaparecida, Juan Carlos Yacante pidió justicia por la menor. Por la tarde se efectuaba otra marcha, pero en Patquía.
En la Plaza
Fue ayer, desde las 10.00, frente a los Tribunales provinciales, en calle Joaquín V. González, frente a Plaza 25 de Mayo, cuando se reunieron familiares de Ramona “Peli” Mercado, Madres del Dolor, con el apoyo de organismos defensores de los derechos humanos y partidos políticos de izquierda.
Luego de marchas a la vuelta del paseo principal de la ciudad, la marcha regresó a Tribunales, desde donde había partido y allí habló el abuelo de “Peli” Mercado, Juan Carlos Yacante.
En varios pasajes de su discurso la voz se le quebró por el llanto y la impotencia dijo que “es una lucha continua buscando algún indicio sobre la desaparición de Peli. En primer momento trabajó la justicia ordinaria y a fines de noviembre pasó la causa a la justicia federal”.
“Se trabajó pidiendo la colaboración al resto de las provincias pero lo que queremos es que se profundice la investigación de por qué desapareció y no conseguimos respuestas”, señaló Yacante.
El afligido abuelo de la joven desaparecida contó que el 26 de abril de 2005, cuando desapareció “antes del mediodía estuve con ella en el barrio el Sembrador, que queda a cinco cuadras de mi casa”, inició recordando Yacante.
“Se cambió la ropa por ropa de diario cuando regresó de la escuela porque tenía que ir a mi casa a llevar botas y pantalón que le prestaron porque el fin de semana antes concurrió a un cumpleaños de 15. Previo a ello fue a avisarle a la madre que se vendría a mi casa”, indicó.
Recordó que ese día “Peli” pidió tomar leche chocholatada” y su madre le dijo que todos tomarían. Salió alrededor de las 20.00 del 26 de abril, pasados 20 minutos viene su madre a mi casa y ve la bolsa que estaba en el mismo lugar, le preguntó a su esposo qué había pasado con la niña. Mi nieta más chica llegó, me preguntó si Peli había venido a mi casa, le dije que no y la seguí para saber qué estaba sucediendo. Lo primero que pensé es que nadie haya escuchado algún grito si es que la levantaron o un vehículo, no hubo movimiento de gente y eso me llamaba poderosamente la atención”.