Todo ocurrió en una vivienda de la manzana E3 del barrio Saúl Ubaldini, en la capital provincial, donde vivían Puscama y Britos. La mujer habría sido quien dio aviso a la policía.
Cuando un móvil se hizo presente en la vivienda ubicada sobre la Calle Pública Nº 8, Britos les dijo a los policías que su pareja había escapado hacia un descampado con un cuchillo en la mano, por lo que los efectivos salieron a buscarlo.
No lo encontraron. Por eso volvieron al domicilio y, para su sorpresa, se encontraron con que Puscama estaba encerrado en una de las habitaciones, desde donde los amenazó con suicidarse.
Al final, Puscama fue hospitalizado por las dos lesiones, mientras que Rojas fue apresado y detenido.
Luego de una breve negociación, se entregó a sus colegas. Se había hecho un corte en el antebrazo izquierdo y tenía un hematoma en el rostro, producto de una pelea con Rojas.
Una curiosidad: el parte policial no menciona a Rojas. Fueron fuentes policiales las que confirmaron que no se trató de un caso de violencia de género, sino de una infidelidad.