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Marcelo Pinto cumplió su meta en ‘la Carrera del Fin del Mundo’

El Sábado 6 de Abril se llevó a cabo en Ushuaia la carrera de Trail más famosa del Mundo. En tan impresionante competencia -conocida como ‘la carrera del fin del mundo- hubo un riojano presente: Marcelo Pinto, que corrió 50K y representó a nuestra Provincia. En esta nota te mostramos el imperdible relato del Runner, escrito por él mismo durante su regreso para ‘pasar el pánico’ que le tiene a los Aviones.

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Redacción de RiojaLibre

Hace días días Ushuaia fue el epicentro del mundo del Trail. Fue allí -en el ‘fin del mundo’- donde se corrió la Ultra Trail Mont Blanc (UTMB) by Ushuaia. En lo que es considerada la competencia más importante del mundo, estuvo presente un riojano: Marcelo Pinto.

Tras varios meses de sacrificio y esfuerzo, Pinto pudo cumplir su meta de 50K en Ushuaia. Durante su regreso a La Rioja, el corredor -le tiene pánico a los Aviones- se distrajo narrando, detalle por detalle, la impresionante experiencia vivida.

A continuación te dejamos el relato, escrito en primera persona. Por pedido del propio narrador, recomendamos darle play al siguiente video (música característica del UTMB by Ushuaia) para que suene mientras lees este impersible escrito:

Volando desde Ushuaia, donde tuve la suerte de participar en la Carrera de Trail más famosa del mundo (Ultra Trail Mont Blanc by Ushuaia) en la distancia de 50K, se me ocurrió redactar el siguiente ensayo que narra la magnífica experiencia que me tocó vivir:

La pude finalizar sin inconvenientes; y de haber elegido mejor la ropa y la mochila, seguramente hubiera mejorado mucho el tiempo.

Cronología:
El despertador sonó 4:30 hs pero ya hacia media hora que estaba despierto.
A continuación mí rutina: mates amargos, baño, y a desayunar, café y un sándwich de jamón y queso en pan lactal. Siguió un vaso de agua, miro por la ventana del Departamento y veo como llovía, justo a lo único que le tenia terror. Por mí cabeza pasaron mil cosas. Veo la temperatura: 2° y lluvia, el cóctel letal.

Mirada aérea de Buenos Aires tomada por Pinto. El corredor escribió el presente ensayo mientras volaba.

Así comencé a vestirme, calza corta encima calza larga, medias abrigada y mis zapas, la mejor elección La Sportiva Akasha; tremendas!!! Vuelvo a la ventana y seguía lloviendo, ya estaba en el baile había que bailar. Primera piel térmica Columbia (la amo, la tengo desde hace tres años), encima el polar de Fiambalá y el imperm Ansilt.

Bajo y le pido a doña Ester (una gringa enorme, cara de mala pero un dulce, re amable) que me pida un Remis. Subo, busco la bolsa que ya había dejado lista con la ropa que me iba a poner después de retirar la medalla (je je je), la mochila con todas las cosas, dos soft con agua 5 geles (Tomé uno), barritas de proteínas (comí la mitad), llevé almendras, pasas de uva, chocolate, turrón; casi un picnic, pero ni los toque (muy mala elección!!!).

Llevé mí campera de pluma Ansilta, un caño; otra térmica, un par de medias… Ahh, y unas bolsas de residuos para ponerme entre las medias y las zapatillas para no mojarme, ni me acordé en la competencia, igual gracias J.J. Carrizo por el consejo. Lista la mochila, le puse los bastones, mis Leki telescopico de aluminio -regalado por mí hijo Rodrigo (te extraño animal!!!)-, me calcé los guantes impermeables recién comprados, una gorrita de polar genial, mi linterna y una riñonera prestada donde le abroche mí dorsal 3100;  guauuu que número!!!

Bajé en busca del señor que me iba a llevar al lugar previo de reunión, y allá fuimos. ‘A dónde va?’, me preguntó. ‘A correr la UTMB’, le dije. Me miró por el retrovisor y me dijo: ‘con este frío? usted está loco!!!’. Listoooo, me conoció; me quedé más tranquilo, iba en la dirección correcta.

Al llegar, una señorita muy amable me dijo ‘deje su bolsa y suba a aquel bus’; hice un pequeño trote para no mojarme y junto a mi, cientos de fieles con alegría en sus rostros, mojados. Juro que cambiaron mí cara llena de dudas (ente paréntesis, mientras escribo pienso ‘cómo se mueve este avión lrpmqp’), y subimos al bus que nos llevariá a la guerra.

Allí mismo un grito llevó a otro, y otro, y ya era una fiesta; no importaba el frío, ni la lluvia, ni el viento, ni la nieve, ni nada. Íbamos muy felices y contentos, íbamos a donde somos guerreros, y si hay que sufrir sufrimos, porque para eso vinimos. Se detiene el bus y el chófer nos dice ‘llegamos’.

Mentira, aún no largamos, faltaban 40′ y allá fuimos. Éramos 500 o 600 o 1000, no lo sé; nos empezamos a juntar para amainar un poco el terrible frío a orilla del canal de Beagle. Tantas cosas me trae a la memoria este mítico lugar: las Islas, la colimba, por un instante pensé ‘yo pude haber estado acá’. En fin, sigo sino lloro.

Al llegar nos scanean y nos hacen pasar a la manga. Ya no hay ‘tu tía’, se viene la cuenta regresiva, suena la música del Mont Blanc y se me eriza la pie. Pienso que el gran Kilian, el tremendo Hernando, y muy pronto mi amigo el negro Franco Oro la escuchara allá en Francia.

Mirar al cielo, y pedirle al flaco y mí Madre que corran cerca mío. En mi cabeza pasaban las horas de entrenamiento, las interminables sesiones de Magneto, la bici, la picada, la vuelta al dique, no ir a los asados para no tentarme, no ir al cumple de Vitu; tantas cosas para poder estar, tantas cosas dejé de lado por estar en esta largada. La plata que gasté, pero ya estoy donde había soñado estar. Hace cuatro meses mi reloj (regalado por mí hija, mí amor, a punto de parir mí nieta Constanza ,espérame llegar gordita!!!) dice que desde enero a la fecha corrí más de 800km, y muchos menos en bici. Tantas cosas por Dios. 48 hs sin dormir, 5000km recorridos. Vamos Marce, no te queda otra que ser fuerte…!!!

El flaco del micrófono nos empieza a alentar y comienza la cuenta regresiva: 10 ,9,8,7 -hay mí Dios!!!- 6,5,4,3 -vamos Marce, tranquilo (justo mientras escribo esto creo que el avión comienza a descender otra vez, ayy mí Dios)- 2, 1!!! Me había puesto adelante solo para la foto, pero me pasaron como parado las bestias y yo a mi ritmo, tranqui 1k, 2k me decía vibrando mi reloj, y y empecé a transpirar.

Me sentí bien, con aire, y lo más importante no había dolor, y eso me hacía feliz. 3k por una calle de tierra muy mojada. Ahhh me olvidaba, ya no llovía: tatita Dios me había escuchado. Pasamos una calle de subidas y bajadas, y entramos a un bosque ya casi de día, las linternas al PP (por los altavoces del avión, el comandante nos saludan por haber corrido UTMB, cosa de locos!!!).

Sigo por un bosque de Lenga y por un sendero lleno de barro y agua, interminables 8k, y sorpresa al menos para mi: nieve, si nieve. ‘Uhhh’, me dije, jamás había visto nevar tan copiosamente y era un escenario fantástico, y con los otros corredores nos olvidamos de que estábamos haciendo y comenzamos a sacarnos fotos, otros se tiraban copos y la alegría nos invadía a todos. Parecíamos egresados en Bariloche, bastones tirado y foto: va selfie, viene pose, va pose, viene.

‘Ahh, la carrera, vamos sigamos!!!’. Que paisaje, que belleza, jamás en mi vida había visto tanta nieve, era maravilloso: los árboles blancos, y así al llegar a un arroyo una camioneta del PC nos scanean. Nos dan agua y pido que me saquen los bastones de la mochila, y pienso: ‘acá viene la subida’. Dejamos el PC en busca del famoso natatorio, pasamos otro bosque con mucho barro en los senderos. Encuentro un compañero de trote lento como el mío, charlamos unos metros y y nos contamos todo: se llama Ricardo, es ecuatoriano y tiene 59 años, casado, etc.

Así charla va, avanzamos. Me dice faltan 3k para comer, ‘uhh qué bueno’, dije yo, ya era hora. A los 10k me había tomado un gel con agua, salimos a una calle gris y mucho tránsito pesado. (Estamos por aterrizar en Aeroparque; pausa, solo pausa, eso espero Diosito mio!!!).

Sigo escribiendo para que se me pase el cagazo: avanzamos por una ruta ya casi caminando, miramos las cintas y nos llevaba a un edificio enorme. Lluvia y frío, un refugio y comida; venía joya. Llegamos y en la puerta nos vuelven a scanear, y entramos. Se sentía calorcito; al cruzar una puerta de vidrio un sr muy amable nos dice ‘a la derecha los baños y derecho encontrarán bebidas, comida’. Sin dudarlo me acerqué a la mesa y le entré al salame, queso, papas fritas.

‘Uhhhh que bueno, está para quedarse’, pensé pero me fui al baño y me quite toda la ropa mojada, y desarme mí mochila buscando la ropa seca. Me cambié y ya era otro, volví a entrar, le seguí entrando a la picada.. ‘Basta Marce, hay que seguir’.

Con tristeza abandoné ese mágico lugar, y emprendí la búsqueda del famoso «Cerro del medio». 5 k por la orilla de la ruta que viene de Río Grande hasta llegar a un alambrado, y un cartel Acceso a Cerro del Medio. Por fin después de 25k (Mientras ATERRIZAMOS EN AEROPARQUE!!! APLAUSOS!!!) voy a poder usar los bastones. Un sendero tranqui, más adelante no tan tranqui, y se puso muy heavy -durísima- y de repente se acabó el bosque de Lenga. Pero no la trepada, a medida que ascendíamos la nieve era más y más, de repente la montaña se transformó en un sendero de hielo «literal»: no podías hacer pie, clavaba los bastones y me impulsaba; era tremendo las marcas amarillas.

Cada vez eran más invisibles la huella de nieve de tan pisada, se convirtió en una trampa de hielo, seguí subiendo y pensaba ‘cuanto más hay que subir’, de pronto en medio de una mole blanca una terrible ráfaga de viento blanco me tapo los ojos y me frenó en el impulso. También borró la pequeña huella y siento una voz detrás que me dice «dale seguí». Ni idea quién era, pero fueron la palabras justas: había que seguir.

Cuando llegamos a lo que creía era la cima, un grupo de mujeres alentándose: «vamos, vamos, cinta por cinta «. Miré hacia arriba, quedaban como 300mts maso para llegar a la cumbre del inmenso Cerro del Medio; ahí me pasa un muchacho y me dice dale que no llegamos al corte.

Esas palabras me dolieron muchísimo más que el esfuerzo que venía haciendo. Respire hondo y fue como una tremenda inyección de 5 geles juntos, o nafta infinia, vi power, o todo eso; no sé de donde saqué tanta energía. Al llegar a la cima un tobogán que nos llevaba a una pequeña laguna, allí alcanzo a ver a 4 o 5 personas junto a dos pequeñas carpas en medio de una tormenta de nieve y viento.

Nos scanean y seguimos una pequeña trepada, y de ahí la famosa bajada. Terrible, de hielo imposible mantenerse en pie, mucha gente se quedó mirándose sin creer y sin saber que hacer, lo que tenían delante suyo era abismo. Saqué a relucir mí vehemencia e inconsciencia, no me detuve ni un segundo, y allá fui. Culipatin amigo y los bastones cual remo, pero clavándolos para frenar, o al menos intentarlo.

Fueron cómo 400 metros de bajada evitando pisar el hielo de la senda ya trajinada, a orillas de un pequeño arroyo. Fue el único momento de toda la carrera que debo haber superado a más de 30 corredores; a continuación de nuevo el bosque de Lenga, pero bajada por fin, muy peligrosa barro y más barro. Varios cruce de arroyos y puentecitos crujientes donde la mejor opción era evitarlos y mojarse las patas. 

Luego turba congelada o pantano era lo mismo, 300mts de caminar en un lugar donde metías y sacabas los pies hasta casi las rodillas. Tremeeeendo!!! Salí de ahí y volví al zigzagueante sendero en el bosque,  encuentro en el camino a una fotógrafa que iba en sentido contrario, le pregunto ‘cuánto falta?’. ‘No sé, para qué?’, me responde. «Ya falta poco, salís a la calle y todo bajada». ‘Uuhh qué alivio’, pensé.

Sigo mí trote, cruzo un puente pequeño y miro hacia abajo unos 30 mts de profundidad un río que corría tan fuerte que asustaba. Pasé casi sin tocarlo, llego a la calle y veo a tres gendarmes y la clásica y recurrente pregunta: «cuánto falta?». Y al pasar me dice ’10km’. En silencio me digo ‘este no tiene ni idea’; busco las cintas amarillas y sigo, me sentía bien, miro el reloj y veo 16:50hs; ‘uh el corte es a las 17:30 y me deben faltar 3k o4k’.

Jamás corrí tanto en el km 47 eran los últimos 3 k, y si no llegaba a tiempo me quedaba sin lo que vine a buscar: la tan ansiada medalla. Corria y corría bajo la lluvia, que hermosa sensación; otro muchacho con un scanear que me dicen ‘del semáforo 500mts y llegas’. Levanto la mirada y veo el semáforo allá a lo lejos. ‘Vamos Marce ..!!!’, no quería caminar  por temor al tiempo y seguí.

Semáforo e izquierda, una calle in-ter-mi-na-ble, gente de seguridad cortaba el tránsito para dejarme pasar. Tenía que correr, pobre hombre desde qué hora estará ahí mojándose y yo que pasé caminando no daba más. ‘Vamos Marce siga’. Escuché la música y veía la gente al costado alentando, en algún lugar de la incómoda mochila llevaba un buff de AM , imposible sacarla para mostrar en la llegada. Mi alegría por llegar era tanta que me olvidé cómo iba a festejar.

Crucé el arco y levante los brazos, y se me vinieron a la cabeza todo el esfuerzo realizado. El animador ve mí número y me nombra: ‘guauuu que placer.!!!’. Misión cumplida, lo hice otra vez. Vuelvo a ver el reloj para detenerlo, y eran apenas pasadas las 16:00. Había visto mal el reloj antes? O no sé qué pasó. Pero me corrí Godoy, llegué una hora y media antes del tan temido corte ufff ,qué alegría ….!!

Gracias Dios mío .!!!


Al momento de escribir estas líneas ya estoy volando a Córdoba, el vuelo igual a los otros: la gente re tranquila yo jurándome que no tomo un avión nunca más, que cagazo por el amor de Dios..!!!

Volviendo a la carrera, me entregan mí merecida medalla UTMB 50k, pase a un club calefaccionado con duchas y demás. Ushuaia, que gran ciudad, ahí me tiré al piso, me quite la ropa mojada, y me relajé un poco y tomé el celular. Empecé a mandar mjes de que había llegado a la gente que estuvo pendiente todos el tiempo por dónde iba, a todos ellos muchas pero muchas gracias, y acá viene los agradecimientos.

Al grupo Amigos de montañas.

Luego Coqui Torres mí Kinesiologo, siempre al pie del cañón con cada nana mía, sin jamás fijarse si estaba la orden o no si era temprano o tarde; se fue de vacaciones y me dejó el Magneto para que lo tengan mí casa, enorme gesto, Gracias inmensas…!!! Un grande de verdad…!!!

Óscar piposca Molina mí profe, el atiende atletas jóvenes elite, y con toda la paciencia del mundo se puso a entrenar a este viejo 4 de copas, pero con unas ganas tremendas de superarse, fueron muchas horas en el gimnasio, gracias Pipo, Agus …!!

Después un tipo que me sorprendió, Yamil Menem, ud sabe, muchisimas gracias…!!!

Después la nutri, pobre me llenó de recetas y tips y solo le di bola en el pollo y las ensaladas; pero bien, logré bajar algunos kilos. Gracias nutri…!!!

Mí traumatólogo no me tenía fe, que busque otro deporte me dice.

Luego un grande como el negro Franco Oro que me tiró algunas rutinas.

Luego yo, no es fácil preparar una carrera importante en abril viviendo en La Rioja, entrenar en enero, febrero y marzo es casi inhumano; para colmo tener que hacer muchas horas es casi imposible.

Y paro de contar porque en realidad lo quería hacer en silencio, creía y sigo creyendo que es mejor!!

Si me olvidó de algo en lo que dure el vuelo me iré acordando. Viene la azafata y me ofrece algo para tomar. Se me ocurre algo que me duerma: tres whisky doble, pero no me animo: ‘solo sprite con hielo’. Que gente normal la puta madre y yo re cagado, ‘vamos Marce ya falta poco’.

Sigo con el relato o lo intento para no pensar en el vuelo.

Párrafo aparte para J.J. Carrizo por el contacto para el alojamiento. Juan y Ester un matrimonio mayor muy amables y generosos viven en Ushuaia hace 40 años, tienen un dpto hermoso. Muchísimas gracias, y ud don Juan espero se recupere muy pronto de su dolencia.

Anuncia que comenzamos el descenso en Córdoba, vamos Diosito, está te pido nomás . Acá en Córdoba si el Flaco así lo permite nos quedamos hasta el finde para ir a la Cumbrecita a correr The North Face. Solo para estirar las patas y encontrarme con gente que quiero mucho. Espero poder verlos je je …!!

Y ya buscando nuevos desafíos, que de eso se trata (se pasean las azafatas por el pasillo como yo en el patio de casa, que paz que tienen , mi amooorr y yo agarrado con los dedos de las patas al piso del avión como garrapata). En fin ellas están en su pasión cómo yo en la mía, me quedo con la mía mil millones de veces.

Voy a intentar seguir pero me es muy difícil, es el cuarto aterrizaje en menos de 10 días y lo sufro como al primero. Que sea lo que el Sr así lo quiera .

Ahhh nobleza obliga promesas a la Virgen India entes del puente de Sanagasta. Y la deuda a la Virgen de la circunvalación.

Al llegar vamos a cumplir ..!!!

GRACIAS DIOS, YO SE QUE ESTAS EN CADA COSA QUE EMPRENDO …!!

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