Comunicado de Prensa de Alejandro Álvarez:
El triste retroceso académico de nuestra UNLaR
Tras la toma universitaria y la tan promocionada democratización de nuestra Universidad, toda la comunidad y en especial la sociedad que tanto apoyó ese proceso, esperaba una nueva Unlar. Una Unlar donde la transparencia y la excelencia académica fueran las principales noticias, donde los docentes tengan la tranquilidad y el orgullo de acceder a sus cátedras por concurso, sin designaciones “a dedo” o concursos observados o “amañados”.
Cuando los docentes de todas las universidades de nuestro país logran en 2014 el esperado Convenio Colectivo, fruto del trabajo de las Federaciones Gremiales y las Universidades y autoridades nacionales, se esperaba que se aplique en nuestra Universidad sin discrecionalidad política, familiaridad u otras cuestiones como en el pasado que tanto se criticó. Ello garantizaría la ecuanimidad de todo proceso académico y daría finalmente la merecida estabilidad a todos los docentes interinos con al menos cinco años de antigüedad a la firma del convenio.
También consagrando el “fin de los interinatos”, con los consiguientes llamados a concurso para todos los cargos como expresamente fue plasmado en ese convenio y como también consagra la ley de educación superior.
Pero más allá del sueño y de las tantas banderas que surcaron nuestra primavera de 2013, la situación no ha mejorado y por el contrario ya con tres años transcurridos, vemos un franco retroceso académico.
Algunos hechos relevantes:
· A pesar de haberse designado cientos de nuevos cargos docentes, no se realizó ningún concurso público de antecedentes y oposición.
· La Universidad oculta y no publica las designaciones docentes y nodocentes, pese a los reitardos pedidos de diversos sectores, ya sea de concejeros departamentales e incluso en el mismo Consejo Superior.
· Ante las denuncias de la oposición y la comunidad, por las designaciones irregulares, se realizaron recientemente extrañas “selecciones de interinos” express, que parecían ser un indicio de transparencia. Pero que luego en los hechos, sumaron más dudas a las designaciones docentes, ya que no se cumplieron principios básicos, como la publicidad de criterios, procedimientos, jurados ni resultados tanto de postulantes como órdenes de mérito, e incluso con varios aspectos contrapuestos al Convenio Colectivo vigente. Habiendo al momento, un gran número de reclamos realizados por los participantes en los distintos departamentos y un generalizado malestar en la comunidad universitaria.
· Se inicia el proceso de efectivización docente, donde se comienzan a observar decisiones encontradas con lo establecido en el Convenio Colectivo antes mencionado. Una vez más, se evita el llamado a concursos públicos para un importante número de cátedras, dejando a esos docentes en una potencial situación irregular, además de privar a todos los docentes del derecho a participar de esos concursos que el propio Convenio Colectivo expresamente establece.
· Por otro lado, muchas cátedras dictadas por docentes que viajan, tienen hoy la mitad de sus clases debido a la reducción de gastos de traslado. Medida supuestamente fundada en las necesidades fruto de una, al menos cuestionable, administración presupuestaria.
Falta de transparencia es la constante que se observa en todos los aspectos mencionados. Y esa situación se observa en toda la gestión, desde los gastos y administración presupuestaria, hasta las designaciones docentes y nodocentes. Pese a reiterados pedidos de publicidad y difusión, que siguen demorados en la burocracia, cuando son simples decisiones políticas que solo requieren de funcionarios honestos que no tengan nada que ocultar.
Lamentablemente es esa vieja burocracia, que de esa falta de transparencia se alimenta para quitarle a la sociedad uno de sus más básicos y necesarios derechos. “El de la educación para sus hijos”, que paradójicamente es gratuita y libre en nuestro país, y para la que todos los argentinos aportamos millones desde el presupuesto del Estado Nacional.
Más allá del triste panorama, mantenemos en alto las banderas de una educación gratuita, de excelencia, y brindada por instituciones democráticas y transparentes. Por eso seguimos y seguiremos trabajando para hacer realidad ese proyecto tan necesario para nuestra sociedad.
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Saben que pasó? La toma no fue una revolución como les hicieron creer. Fue una simple rebelión por codicia y posterior cacería de brujas. Haciendo un paralelismo podríamos compararlo con la Edad Media. En aquel entonces se había convencido a la población que los gatos eran enviados del demonio. Con esa premisa se exterminó a la mayoría de los gatos en las ciudades. ¿Cual fue el resultado? Las ratas proliferaron a sus anchas hasta desatar la peor peste que conoció la humanidad, la peste negra o peste bubónica. Hoy proliferaron las ratas en la UNLaR.