El director de Defensa Civil, Fabian Tapia, comentó que las bajas temperaturas y la llovizna ayudaron para que el fuego cesara. De todos modos, aclaró que la lluvia no fue abundante y solo fue una llovizna en horas de la madrugada.
“Hay que esperar para decir que el fuego está controlado o extinguido en su totalidad”, advirtió Tapia. Remarcó que mas de un 75 por ciento del incendio fue controlado.
Lamentó las perdidas en el lugar. “Hay lugares donde totalmente se devastó la flora y la fauna. Hubo pérdidas totales”, expuso Tapia en Radio Fénix.
Las llamas llegaban a los 15 metros en momentos debido a la gran cantidad de flora. Y la zona afectada supera las 10 mil hectareas, dijo el titular de Defensa Civil. “Es una pérdida grandísima que va a costar años recuperarse”, se lamentó finalmente.
MÁS DE 15 MIL HECTÁREAS DEVASTADAS
La inconciencia de personas desaprensivas, provocó que la zona del Cerro de la Cruz, fuera devastada por el fuego, afectando aproximadamente unas 15 mil hectáreas, según las apreciaciones de los especialistas. Lo más preocupante, es que, el incendio campo traviesa, sólo podría ser sofocado con la ayuda de alguna milagrosa lluvia, que mitigue la labor de quienes trabajan denodadamente en la zona.
Desde la ciudad, se pudo observar el dantesco espectáculo del cerro, iluminado anoche por las llamas, y hasta hubo quienes se hicieron el lugar para fotografiarlo. Sin embargo, al recorrer el lugar, se toma real dimensión de la gravedad de la situación, y que realmente la esperanza recae en que precipite en el lugar, porque sería lo único que ayudaría al personal de Bomberos, Defensa Civil y Bomberos Voluntarios, que con un gran esfuerzo, intentan por todos los medios. evitar que las llamas alcancen las antenas de radio y televisión.
El incendio se originó donde se encuentra el viejo edificio del Observatorio, es decir a 40 minutos desde el pie del cerro, lo que ya hace complicada la tarea para llevar agua hasta el lugar, porque los bomberos, sólo pueden ser abastecidos por los camiones cisterna, ante la ausencia del vital elemento en la zona.
El fuego se encontraba en la mañana de ayer en las quebradas del cordón montañoso, lo que complicaba aún más la posibilidad de llegar con agua. Los bomberos trabajaron con mochilas hidrantes detrás de las llamas, con ayuda de mangueras de más de dos mil metros, porque los camiones no podían acercarse por la dificultad del terreno, sólo podían estar a la vera del camino.
En el lugar el paisaje común, con su flora y fauna, ya no está, la imagen parece una postal en blanco y negro; sólo cenizas y pampa, es lo que dejó el paso del fuego. Columnas de humo complicaban la respiración, era inevitable para todos los que recorrían la zona, sentir ardor en las vías respiratorias. Esas columnas se distribuían a lo largo de las 15 mil hectáreas que se vieron afectadas por las llamas, que por algunos momentos alcanzaron los 15 metros de altura.
Las plantas que quedaron, o mejor dicho el esqueleto de los arbustos, se encontraban completamente carbonizados. La tierra aún emanaba calor, y pese a las bajas temperaturas de la zona, al caminar por medio de las cenizas, se podía percibir que la tierra aún mantenía altas temperaturas, convirtiéndose en un riesgo latente, por la posibilidad de que las llamas se reavivaran.
El viento, fue el factor climático que actuó en contra de los trabajos que realizaban los bomberos, que intentaban por todos los medios, sofocar algunos focos, pese a las grandes complicaciones y dificultades para trabajar en el terreno. Cada ráfaga, se convertía en el enemigo principal, porque reavivaba en apenas algunos segundos las llamas que tanto trabajo y tiempo había demandado intentar apagar.
Es inevitable al ver lo que el fuego provocó, no sentir tristeza, y no llamar a la reflexión de todos los capitalinos, en esta oportunidad, ya que un descuido generó un daño terrible a todo un ecosistema.
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