Redacción de RiojaLibre
Cómo olvidar el voto ‘no positivo’ de Julio Cobos, que inició una interminable ‘convivencia con el enemigo’ hasta el 2011. Hoy, la suerte no es mejor para Cristina: debe lidiar con un vicepresidente dos veces procesado. Haga lo que haga con Amado Boudou (sostenerlo o sacárselo de encima) le costará una cuantas críticas de la oposición y -sobre todo- de la prensa.
El Kirchnerismo ha tenido un Karma desde que asumió el poder: la vicepresidencia. Incluso Scioli fue motivo de cuestionamientos en los primeros años que fue vicepresidente de Néstor Kirchner. En La Rioja, el escenario es totalmente distinto.
Tanto en el Gobierno Provincial, como Municipal, los ‘vices’ no son blanco de críticas y -por el contrario- oxigenan la gestión de sus respectivos líderes cuando es necesario. El Gobernador y el Intendente pueden viajar tranquilos a Buenos Aires (de hecho, lo hacen -promedio- una vez por semana) sabiendo que su lugar queda en ‘Buenas Manos’.
Sergio Casas es una de las personas de máxima confianza del Gobernador y uno de los funcionarios bederistas con mejor imagen. Seguramente, ocupará un rol central cuando se definan las candidaturas del espacio para el 2015 (¿repetirá vicegobernación, esta vez, de Quintela?). Por su parte, Armando Molina se edifica como un pilar fundamental en quintelismo, transformándose en un asesor full time del Intendente.
Beder y Quintela reafirman su liderazgo ostentando garantía de poder en sus ‘vices’, un lujo que Cristina no puede darse.