Al respecto, nos gustaría compartir este escrito que difundió el Frente Grande La Rioja sobre la postura violenta del Dr. Abolengo:
A propósito de Abolengo y otras yerbas.
Sé que es un poco tarde para escribir sobre el tema, pero siempre viene bien reflexionar o al menos intentar hacerlo y mas aún cuando se trata de un hecho tan grave que abre un montón de interrogantes sobre un tema delicado, pero que a su vez resulta tan absorbido y permitido por gran parte de la sociedad, que por ser tan difuso y naturalizado es difícil de poner un corte definitivo, refiriéndome prioritariamente a la VIOLENCIA SIMBOLICA HACIA LA MUJER en los medios de comunicación (radiales, TV, Gráficos, Redes Sociales).
Dada la subjetvidad que siempre me acompaña, en primer lugar quiero manifestar mi total solidaridad y apoyo a la docente que fuera vil e impunemente agredida por el Sr. Moreno en su programa del Dr. Abolengo, sin ningún motivo que lo justifique, recurriendo al poder que le otorga usar un micrófono para ejercer un hecho que lo muestra de cuerpo entero como parte integrante de esa troupe de Violentos Soportados que pululan en los medios.
LA VIOLENCIA SIMBOLICA HACIA LA MUJER evidencia relaciones de poder e inequidad entre hombres y mujeres y que se encuentra a la base de la clásica violencia contra las mujeres. Intuitivamente sentimos que la violencia simbólica tiene que ver no tanto con las violencias reconocidas y ubicadas, sino que tiene un carácter transversal, refiriéndose a un ‘algo’ establecido, casi abstracto, algo que tenemos inconscientemente interiorizado e incorporado; algo que no se cuestiona porque no nos damos cuenta de ello. Por lo tanto cuesta reconocerla en la vida cotidiana y en nuestros cuerpos. La población y especialmente la mujer vive sumergida y educada dentro de este sistema, se ven obligadas a reflexionar desde los mismos parámetros y con los mismos instrumentos del sistema que sostienen la sumisión; no tenemos alternativa.
A su vez hay un sistema de Violencia admitida y naturalizada que se practica cotidianamente en los medios de comunicación que se presenta hasta como movilizadora de rating y que la lógica del lucro de las empresas no hay una base imponible de ética y todo vale, especialmente cuando de chabacaneria se trate. Sino observemos con otros ojos a Tinelli, a los programas de chimento a la Sra de los almuerzos, que todos los días inventan un nuevo contenido tanto en lo discursivo o en la dinámica del programa, para poner a la mujer como objeto que exacerba el morbo. Además en nuestro medio hay unos algunos comunicadores que permanentemente acuden a estas prácticas violentas directa o sutilmente, siendo que sus programas conservan un alto nivel de audiencia sin que nadie les cuestione ni interpele.
Lamentablemente decimos, que pese a todos los avances que se han podido lograr en esta temática, y, digo en especial la Ley 26.485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, que establece claramente en el Art. 6- Inc. F: Violencia mediática contra las mujeres: aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres, no puede quedar en una quimera y revertir tanta arbitrariedad permitida es el gran desafió que tenemos como sociedad.
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