Nuevamente el gobernador Ricardo Quintela actuó de bombero y apagó un compleja situación que complicaba a la intendenta Inés Brizuela y Doria.
Es que este miércoles docenas de trabajadores recolectores de residuos amenazaron con no prestar servicio si no se les abonaba un bono extra por trabajar en plena pandemia.
Estos operarios del municipio capitalino nunca dejaron de prestar servicios durante la pandemia y por ello requerían un gesto económico de la comuna.
En ese contexto, cuando todo indicaba que se iría a paro un contacto de la intendente con el gobernador destrabó la situación. La provincia aportaba $800.000 y el municipio abonaba el bono.
“Hicimos gestiones con el gobernador para que nos trasfiera los fondos. Será un pago único de 3000 pesos”, indicó Brizuela y Doria al reunirse con los trabajadores, y si bien no dejó conforme a los recolectores se logró evitar un paro.