Luego de haber leído el sórdido artículo incluido es este medio, creo que es necesario realizar algunas aclaraciones:
1.- Es inexacto que fui Decano, ya en ese tiempo se trataba de una delegación del Rector. La sede Chamical en 1978 estaba a punto de ser levantada por decisión de las autoridades centrales. Mi tarea allí fue trabajar para afianzar la carrera de Recursos Naturales Renovables, la cual creo de enorme importancia regional y en la que me desempeño como docente en la actualidad.
Nunca jamás llevé adelante “persecutas ni atropellos”, todo lo contrario. Quienes me conocieron en ese tiempo y ahora, saben que esto es así.
En esos años formamos un sólido equipo de investigación en el Instituto de Zonas Áridas (después desarmado por Tello), que produjo significativos aportes al conocimiento científico de los recursos forrajeros locales. Con esto, resumo que mi actividad fue fundamentalmente académica.
2.- Es correcto que integré numerosos tribunales de concursos docentes. Es importante no poner todo en la misma bolsa. Si bien en el tellismo hubo muchos concursos que parecían arreglados, otros mucho fueron totalmente transparentes, con dos docentes externos, provenientes de otras Universidades Nacionales. En mis concursos (tres) siempre hubo mayoría de foráneos.
Cuando me tocó actuar de Jurado, siempre dejé sentado que en ése ámbito se iba a designar al más idóneo. Nunca recibí ningún tipo de recomendación para favorecer o perjudicar a alguien. Tampoco la hubiera aceptado.
3.- Pregunto: ¿Cómo alguien puede ser integrante “de su propio concurso docente”? ¿Uno rinde y se califica al mismo tiempo? Si la intención es ensuciar, sean por lo menos racionales.
4.- Nunca fui tellista, por eso no cabe la frase de “Más tellistas residuales que quieren seguir”. Fui candidato, en elecciones pasadas, de la Lista Naranja, opositora e integré el Consejo Académico (ahora Directivo) de Ciencias Aplicadas, en las gestiones de Saavedra y Dayenoff.
Si desempeñé alguna función de responsabilidad, fue por pedido de la Decana del Departamento, con quién teníamos una respetuosa relación profesional. Mi actuación estuvo vinculada a la reapertura de la Carrera de Ing. Agronómica (mi profesión) y en el área de ciencia y técnica.
Para reconocer tellista residuales, aparte de los funcionarios, hay que fijarse quiénes integran los Concejos Directivos y el C. Superior. Allí están los tellistas de paladar negro, elegidos en su momento por el mismo ex-rector. Nunca integré la lista Celeste.
Creo conveniente diferenciar a los tellistas, separando aquellos que cumplían tareas académicas (como en mi caso) de los que se dedicaban a perseguir colegas o a hacer grandes negocios.
5.- En todos mis ámbitos laborales hago ejercicio de mis aptitudes profesionales, tratando de aportar lo más posible. Siempre pensé que el beneficio no era para Tello si no para la Universidad, de la que formamos parte todos.
6.- No es casual que traten de ensuciar con mentiras e inexactitudes. Pasa siempre cuando un candidato se transforma en una amenaza.