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“La gente se vuelve loca, todo el que pasa se frena a sacarle una foto o que entra a preguntar, creen que lo hizo la hija de La Mona”, explica María Masoni a Día a Día, en el local ubicado en Tucumán 41.
«Soy fanática de La Mona, y hace mucho que quería hacerlo, pero mi hija no me dejaba, ahora estoy chocha (…) Incluso por la tarde me lo saca de la vidriera y lo manda al fondo, de penitencia, se hace la fina, ja”, se ríe la mujer. La hija no tanto: está cansada de las preguntas por el vestido que está a la venta y cuesta 2.800 pesos.
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