En la Cámara de Diputados, las rimbombantes declaraciones en defensa de la educación pública no llegaron a traducirse en una voluntad para recomponer el presupuesto universitario. Y es que menos de 24 horas después de que se llevaran a cabo las movilizaciones masivas en todo el país, la sesión convocada por Unión por la Patria para restituir el FONID, garantizar el financiamiento de las universidades y modificar la movilidad jubilatoria terminó fracasando por falta de quórum. Faltaron solo cinco votos para poder dar inicio a una sesión que Martín Menem, en un gesto de ruptura de más de 10 años de tradición parlamentaria, intentó dar por finalizada lo antes posible. La interna de la UCR, que terminó aportando menos de la mitad de sus diputados para el quórum, terminó siendo decisiva para la caída de la sesión.
Cuando solo faltaban 10 minutos para que finalizara la media hora reglamentaria que se habilita para reunir el quórum, el bloque radical todavía seguía reunido afuera del Palacio. La mitad del recinto estaba vacío: solo estaban los diputados de UxP, el FIT, los dos santacruceños que responden a Claudio Vidal, la dupla socialista santafesina de Mónica Fein y Esteban Paulón, y los cordobeses Natalia de la Sota y Juan Brügee. No había rastros del resto de los diputados de Hacemos Coalición Federal, como Margarita Stolbizer o los lilitos Juan Manuel López y Maximiliano Ferraro, que habían participado, todos, en la movilización en defensa de la educación pública el día anterior. La gran incógnita era si los 34 radicales bajarían o no: de ellos dependía el éxito de la sesión.
Ya habían bajado algunos, los más críticos del gobierno de Javier Milei. Allí estaba la tropa que sigue a Facundo Manes, como Pablo Juliano, Pedro Galimberti, Fernando Carbajal, Manuel Aguirre y Marcela Coli. También estaban los jujeños, Natalia Sarapura y Jorge Rizzotti. Ninguno de ellos, sin embargo, había formado parte de la cumbre que estaba encabezando Rodrigo de Loredo en el Anexo. En el quinto piso, mientras el resto de los diputados aguardaban en el recinto, De Loredo discutía con los dirigentes de Evolución que responden a Martín Lousteau: los últimos insistían que había que ir a dar quórum, mientras que De Loredo, alineado con los gobernadores radicales, sostenía que eso los haría quedar «pegados» al kirchnerismo. Finalmente, no hubo acuerdo y el bloque se partió: los de Evolución aportaron unas cuatro presencias – como Carla Carrizo o Danya Tavela – y el resto se quedó esperando. Fabio Quetglas, mientras tanto, se cortó solo y decidió participar también de la sesión.
No alcanzaba solo con la mitad de los radicales, sin embargo. Se cumplió la media hora y UxP intentó conseguir un changüí de 15 minutos más – una costumbre legislativa que siempre se concede- pero Martín Menem se negó. «Desde el 2009 se tienen en cuenta 15 minutos de tolerancia por sobre la media hora. Esto fue respetado por Julián Domínguez, por Emilio Monzó, por todos los que lo precedieron a usted en la presidencia. Y tiene una razón de ser, que esta ciudad es muy caótica y cuando hay voluntad de convocar se tiene en cuenta esta situación», intentó convencerlo Carolina Gaillard (UxP), pero no hubo manera. Menem anunció que no había quórum y dio inicio a las expresiones en minoría. Recién entonces aparecerían para sentarse algunos legisladores, como Ferraro o Gabriela Brouwer de Koning (UCR).
Repudios y acusaciones
«La comunidad universitaria que ayer se convocó en una marcha histórica necesitaba una expresión del recinto proporcional a la magnitud de la convocatoria. Algunos entendieron el sentido de lo que se expresó, otros siguen eligiendo estar a escondidas, atrás de las cortinas, en oficinas oscuras negociando con el poder de turno, en vez de estar acá sentados asumiendo la agenda que el pueblo argentino necesita», disparó Germán Martínez. El titular de UxP se refería, así, a las negociaciones que el oficialismo había retomado con la oposición amigable -es decir, UCR, PRO, HCF- para aprobar la Ley Ómnibus y el paquete fiscal. Algunos dirigentes radicales y de HCF habían deslizado, incluso, que se podría convocar una nueva sesión luego del tratamiento de la Ley Ómnibus. Danya Tavela – que dio quórum- fue más allá y marcó el 2 de mayo en la agenda para una nueva sesión que tratara la veintena de proyectos que habían quedado en el tintero.
El objetivo de UxP no era aprobar las incitativas, que proponían aumentar las partidas presupuestarias de las universidades, prorrogar el Fondo Nacional de Incentivo Docente o modificar la fórmula de movilidad jubilatoria. Sino que lo que pretendía era emplazar a las comisiones de Presupuesto y Educación para que trataran estos temas. La comisión de Presupuesto, presidida por José Luis Espert, fue calificada, incluso, por Paulón (PS) como «el gran cementerio de proyectos del Congreso».
Durante el debate, uno de los diputados más críticos fue el radical formoseño Carbajal. «La UCR es un orgulloso sostenedor de las banderas de la educación pública y no vamos a retroceder ni un solo paso. No nos van a correr con las auditorías», exclamó el ex juez y, señalando la parte izquierda del hemiciclo, donde se ubican los legisladores del PRO, La Libertad Avanza y gran parte de la UCR, acusó: «Está claro que los que no trabajan son los de este lado. Nosotros estamos acá y es la segunda vez que venimos a intentar sesionar y discutir en el marco de este Congreso, que es el ámbito natural de discusión de los proyectos. Acá se discute. No se discute en Casa Rosada, no se le llevan los proyectos al jefe de Gabinete». El mensaje estaba dirigido directamente a su propio bloque.
Momento incómodo para De Loredo
Las críticas, sin embargo, no llegaron solo desde el recinto. Afuera del Congreso, mientras el debate continuaba, De Loredo intentaba explicarles a un grupo de periodistas sobre los insultos que había recibido el día anterior durante la marcha en Córdoba. Cuando, de repente, el chofer de un colectivo que pasaba por la calle Rivadavia le gritó: «Da quórum para el Presupuesto, sorete». «Así está la argentina», redobló la apuesta el diputado, que no pudo evitar quedar expuesto.