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Un candidato con un pasado muy oscuro: fue abogado de un zar de medios K y tiene una denuncia por estafa

Martín Menem vivió la gran parte de su vida entre Capital Federal y Miami. Muy pocos viajes a La Rioja, y casi nulo conocimiento de la realidad que presenta la Provincia sobre todo en los Departamentos del Interior. Sin embargo, el sábado Martín Menem se anotó como candidato a Gobernador en la Justicia Electoral. De la mano del fenómeno Milei, busca posicionarse de cara a Octubre para disputar una banca en el Congreso.

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*Por el Equipo de Investigación de EL FEDERAL

Y un día de 2021, Martín Menem apareció en La Rioja. Desde Buenos Aires, a 1.100 kilómetros de La Rioja, el economista Javier Milei había decidido que su representante en la provincia sea el sobrino del ex presidente Carlos Menem, que vivía en territorio porteño desde los 15 años. En sus redes sociales prácticamente no había un sólo comentario sobre La Rioja. Sus críticos incluso aseguran que tuvo que forzar la tonada.

Para conocer de quién se trata, EL FEDERAL ONLINE hizo una investigación, en la que detectó, entre otras cosas, que fue abogado de Matías Garfunkel, uno de los zares de medios durante el kirchnerismo, quien finalmente lo acusó en la justicia de estafa por una maniobra a favor de otro cliente controvertido de Martín Menem, Raúl Moneta, el banquero preferido de Carlos Menem.

Menem, Garfunkel y los medios K

La contradicción está a la vista: mientras cuestiona al kirchnerismo, Martín Menem defendió los intereses judiciales de Garfunkel, quien junto a Sergio Szpolski fue propietario del Grupo Veintitrés, desde donde se militó “el modelo K”, atacó a opositores e hizo una fortuna con la publicidad oficial. A Garfunkel también se le atribuyó un romance con Zulemita Menem y fue noticia por la filtración de sus fotos cazando animales salvajes en África (foto).

Compuesto por nueve medios, el Grupo Veintitrés del ex cliente de Martín Menem supo amasar fortunas mediante la inyección indiscriminada de pauta oficial. Entre julio de 2009 y junio de 2015, fue el grupo más beneficiado de publicidad del Estado: recibió la suma de 814.961.991 pesos, más del doble de lo que le dieron al segundo de esa lista.

Al final del kirchnerismo, cuando se acabó la pauta, el ex cliente de Martín Menem y su socio Sergio Szpolski, según sus propios empleados, vaciaron sus medios y los echaron a patadas. Fue un verdadero escándalo que incluyó episodios de extrema violencia contra periodistas.

Sin embargo, en algún momento la relación de Martín Menem y el zar de medios kirchnerista se rompió. Y el empresario lo terminó denunciando por estafa. La causa recayó en el Juzgado de Instrucción porteño Nº 31, a cargo de Susana Castañera, quien lo citó a indagatoria. En 2014, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó esa decisión.

Menem, Moneta y la justicia injusta

En la causa, Garfunkel acusaba a Menem y a un abogado por una operación con otro supuesto cliente del candidato de su estudio, el fallecido Raúl Moneta, uno de los hombres que más poder acumuló durante el gobierno de Carlos Menem y que carga con una mochila de acusaciones por corrupción y lavado de dinero, y por la caída de los bancos República y Mendoza. Moneta, no obstante, pudo esquivar la justicia en vida gracias a sus lazos con la Justicia, que le permitieron frenar varios procesos en su contra, lo que le costó el cargo a varios magistrados que osaron indagarlo, como el juez federal Luis Leiva.

Los vínculos del menemismo con la justicia no son para nada nuevos. En efecto, el presidente de la Corte Suprema durante los ’90 fue nada más y nada menos que Julio Nazareno (foto), el socio en La Rioja de Eduardo Menem, el padre de Martín, una maniobra difícil de defender para un republicano. Nazareno había sido jefe de policía e intendente de La Rioja durante la dictadura de Juan Carlos Onganía. Y se convirtió en un emblema de la “mayoría automática” que votaba siempre a favor de Carlos Menem.

Moneta y Garfunkel se terminaron asociando. Según el diario Perfil, el mentor de esa sociedad fue el propio Martín Menem, quien era abogado de ambos. Garfunkel acusó tiempo después a Menem por mala praxis y conducta engañosa, al priorizar los intereses de Moneta por sobre los suyos.

El reclamo de Garfunkel a Moneta fue consecuencia de dos escándalos. Uno, de ribetes internacionales: la aparente presentación de avales falsos por parte de Moneta para una oferta de compra de las acciones de Telecom Italia en Telecom Argentina. El otro, de entrecasa, pero con mayores perjuicios económicos, vinculado con la adquisición de radios.

¿Qué ocurrió? Según el titular de la Fiscalía de Instrucción Nº46, Adrián Peres, Garfunkel estaba interesado en la compra de las acciones de Telecom y Menem le surgió que, para conseguir el apoyo de Moneta en esa operación, “invirtiera dinero en la adquisición de un grupo de radio en tanto se trataba de un negocio que le interesaba a Moneta”.

Entre otras cosas, Garfunkel denunció que ese contrato con Moneta lo hicieron el propio Martín Menem y su socio Adolfo Verra, quienes lo llevaron a firmar ese convenio a pesar de que sabían que Moneta no iba a poder cumplir con los compromisos asumidos, por los cuales Garfunkel le hizo tres transferencias por 18 millones de dólares.

Lo que siguió fueron una serie de inconvenientes en la adquisición de las acciones, Garfunkel sospechó de Menem y lo llevó a la justicia, el fiscal Adrián Peres pidió su indagatoria y la solicitud fue avalada por la jueza y confirmada en segunda instancia, según informó en su momento la página oficial de la Procuración General de la Nación. Este medio pudo confirmar que la indagatoria se realizó, pero no se pudo corroborar cómo terminó esa causa, caratulada “Moneta, Raúl y otros s/defraudación”. Lo que sí hubo es un reclamo judicial del socio de Menem a Garfunkel por sus honorarios, en los que se incorporaron como prueba unos correos electrónicos en los que Menem se mostraba interesado en participar de la operación, pues ofreció cobrar un 40% menos que otros estudios de abogados.

Una curiosidad más que sugestiva: uno de los abogados de Martín Menem fue Maximiliano Rusconi, el mismo que en esos años defendía a Lázaro Báez y Julio De Vido, dos emblemas de la corrupción durante el kirchnerismo.

Alguna vez, cuando le preguntaron a Garfunkel por Moneta, contestó: “Me lo presentó Martín Menem que era abogado mío también, y nadie me dijo de quién se trataba”. El periodista Jorge D. Boimvaser recordó que cuando le contó a Garfunkel que Moneta era aliado del hoy ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, no lo sabía ni lo podía entender. Le resultaba contradictorio que quien fuera banquero de Menem (y otras cosas más) estuviera ahora tan ligado con el kirchnerismo. Y quien lo defendía era nada más y nada menos que Martín Menem.

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