Redacción de RiojaLibre
Dice la mitología que «el yin es la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción, mientras que el el yang representa el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración». Según esta idea, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia. Estas dos fuerzas, yin y yang, serían la fase siguiente después del tao, principio generador de todas las cosas, del cual surgen.
Quizás a partir del Yin y el Yang podamos entender la rareza que sucede en Chepes con Claudio y Rafael Saúl. Son Primos, pero son totalmente contrarios, o -para ser más correctos- son percibidos de manera radicalmente diferente por la sociedad chepeña.
Claudio Saul es el de mayor popularidad en la Provincia. Su paso por el Ministerio de Gobierno hace que su imagen negativa crezca estrepitosamente con el correr de los días. El año pasado perdió el poder en Chepes, tras 12 años de reinado, y ahora es toda la Provincia la que lo está repudiando.
En el otro polo (Yang) encontramos a Rafael Saul, un chepeño que vive hace varios años en la ciudad de La Rioja y desde la función o cargo que le tocó ocupar nunca se olvido de su querido Chepes. Rafael es un hombre de muy bajo perfil, y desde hace mucho tiempo realiza un trabajo silencioso cada vez que a su pago natal, donde recibe distintas inquietudes del los vecinos.
Quienes lo conocen sostienen que siempre está visitando, gestionando y ayudando a las distintas instituciones del Departamento. Sucedió algo ‘anormal’ (en el ámbito político) con un posteo compartido en Facebook sobre su persona: absolutamente todos los comentarios fueron ‘positivos’. Veamos algunos: