El peronista, que armó un frente diverso que incluyó al PJ territorial y al kirchnerismo, ganó con comodidad y se encamina, sin sombras aparentes, a reelegir como gobernador en las generales del 2 de junio próximo.
Con el 94% de las mesas escrutadas, supera el 55% de los votos positivos, algo por encima del score de 2015 y se aleja más de 20 puntos de Marcelo Orrego, el candidato de la Casa Rosada que, sin embargo, no usó ni la marca Cambiemos ni se mostró con Mauricio Macri.
No hubo, en los ocho espacios que compitieron para la gobernación, internas. Pero hubo duelos en los distritos: el más potente en San Juan Capital, que ganó el uñaquista Emilio Baistrocchi.
Otro, con impronta interna, fue Rawson donde se torearon un candidato ligado a Uñac, Pablo García Nieto, con otro, Rubén García, cercano a Gioja y con simpatías K. Tuvo, de hecho, el respaldo virtual de Axel Kicillof. Con el conteo avanzado, ganaba el García de Gioja.
En otro corredor, en una primaria múltiple, Ruperto Godoy perdía en la interna peronista, pero con la suma de todas las ofertas, el PJ vencía al sector de Orrego, delfín del senador y varias veces candidato, Roberto Basualdo.
Uñac llegó a la votación provincial con todo el peronismo alineado. Pactó, en el verano, con Gioja y acordó un esquema de unidad que incluyó a todo el peronismo y a espacios accesorios.
Gioja negoció, incluso, una cláusula gatillo: Uñac se comprometió a apoyar el dispositivo electoral nacional que tenga como epicentro al PJ nacional que preside, justamente, su coterráneo.
En paralelo, el gobernador se arrimó a Roberto Lavagna y jugueteó, además, con la hipótesis de una postulación propia. Una victoria contundente lo pone en la grilla nacional, sino es en alguna fórmula, como armador. El propio Uñac dijo que no sería un «disparate» ser el vice del economista.