Los piercings presentan complicaciones hasta en un 10% de los casos. Infecciones, alergias, cicatrices, inflamación y hemorragias son las más habituales.
– Infecciones e inflamaciones cutáneas por falta de higiene en la realización de la perforación y en los cuidados posteriores. Las infecciones locales aparecen en un 10-20% de los casos.
– Alergias por sensibilización al níquel. Hay muchas pieles que reaccionan al contacto con este material que esta presente en los pendientes, incluso en algunos utensilios para realizar el piercing. Es la dermatitis mas corriente que hay, porque los materiales metálicos que se utilizan para anillar nos siempre son puros y, en muchas ocasiones, tiene algún porcentaje, aunque sea pequeño de níquel.
– Transmisión de enfermedades como la hepatitis B o C, e incluso el VIH.
– Cicatrices. Hay pieles tendentes a cicatrizar creciendo hacia fuera, formando cicatrices denominadas queloides. En este tipo de personas no es recomendable hacerse piercings. Si la persona no conoce esta susceptibilidad y observa que se le forma una cicatriz de este tipo, muy frecuente en el ombligo, por ejemplo, debe optar por quitarse el piercing y consultar a su medico.
– Hemorragias. Algunos órganos como el pene o la lengua se caracterizan por una circulación sanguínea prolifera que puede presentar sangrado mas acusado cuando se perfora.
En condiciones normales, la persona después de una perforación no tiene por que sentirse mal, tan solo se pueden tener algunos síntomas pasajeros como un poco de dolor, hinchazón en la zona perforada. Pero hay casos en los que sale mal.
Los piercing presentan complicaciones hasta en un 10% de los casos. Infecciones, alergias, cicatrices, inflamación y hemorragias son las más habituales.
– Infecciones e inflamaciones cutáneas por falta de higiene en la realización de la perforación y en los cuidados posteriores. Las infecciones locales aparecen en un 10-20% de los casos.