Redacción de RiojaLibre
La tensión es palpable en las calles. Los incidentes del lunes por la noche en la Plaza 25 de Mayo recordaron –ineludiblemente- la manera en la que Luis Beder Herrera entró a esa misma Casa de Gobierno, derrocando a Angel Maza. Al respecto, una vez terminados los incidentes más violentos, Alfredo Menem (Subsecretario del SUSPE y uno de los funcionarios con mayor llegada al Intendente) expresó vía Twitter: “El que a hierro mata a hierro muere”.
Solo un necio puede negar que en algún rincón de las mentes Quintelistas, se deseó –en algún momento- este escenario: ver a un Gobernador asediado por una decena de Gremios que reclaman fuertemente un aumento salarial, que Beder Herrera ya anticipó que no puede brindar.
Existe una sensación latente de que si el Intendente decide ‘meterse’ de lleno en el conflicto, y manda a toda su tropa a la Plaza, el final del Bederismo sería cosa juzgada. Ni Bordagaray, ni Julio Martínez, ni ningún otro sector tienen la fuerza suficiente para ‘voltear’ a un Gobernador. Sin embargo, al igual que en las elecciones, Quintela define no involucrarse directamente. Hace unos minutos, declaró: “Esta es una lucha gremial, y yo soy un político, no un líder gremial”. Vale destacar que -por el bien de la institucionalidad- la decisión del Intendente parece ser la más acertada. A su vez, Quintela realizó una fuerte advertencia: “No tenemos relación con el Gobierno Provincial”
El sentir quintelistas por estas horas podría definirse como ‘un momento esperado en un momento inesperado’. La incipiente apertura al diálogo del Gobernador y su promesa de no presentarse como candidato en el 2015, convencen a parte del Quintelismo de que lo mejor es apelar a la paciencia, y esperar dos años para arribar al poder. En otro momento (antes de las PASO, por ejemplo, cuando la obstinación de la Provincia estaba en su punto límite) la situación hubiese sido diferente.
Quizás en esa instancia el accionar quintelista hubiera diferido de la ‘pasividad’ que se muestra en la actualidad. Según pudo averiguar RiojaLibre, la intención del Intendente es agotar todas las instancias para entablar un Diálogo Maduro con Beder Herrera, con un compromiso serio del Gobernador de solucionar las urgencias que padece el Palacio Ramírez de Velazco. Anoche, las conversaciones telefónicas entre distintos operadores de ambos espacios estaban a la orden del día; pero la llamada más esperada (de Beder a Quintela) no llegó. Incluso hasta algunos dirigentes bederistas se mostraban sorprendidos –y molestos- por la negativa del Gobernador para llamar al Intendente. ¿Hasta cuándo esperará Beder Herrera? Sólo él lo sabe.
Mientras tanto, es alentadora la postura que sostiene el Intendente. No solo debe entenderse desde la ‘bondad’ política del Gitano, ya que podría aseverarse que si interfiere, seguramente terminaría derrocando al actual Gobernador; sino que existe una visión a futuro para sostener dicha posición. La frase que utilizó uno de sus asesores (“El que a hierro mata a hierro muere”) se convertiría en un boomerang, volviéndose en contra en un lapso determinado de tiempo, tal como le está pasando ahora al Gobernador. Por el bien del bederismo, del quintelismo y –sobre todo- de La Rioja, es importante que el Gobernador termine su mandato.
Todo puede cambiar rápidamente con el correr de las horas, pero podría afirmarse que –por ahora- es un ‘momento inesperado’ para que el Quintelismo entre en acción. Sin embargo, el Bederismo no debiera abusar, sólo en la cabeza del Intendente está el botón para trasformar este momento ‘inesperado’ en ‘esperado’.