El Gobernador y el Intendente decidieron hacer un impasse en su enfrentamiento encarnecido. Los últimos gestos y señales políticas de ambos espacios así lo indican; tanto de un lado como el otro se han frenado los repentinos embistes hacia el otro sector, reemplazándolos por sorpresivas actitudes dialoguistas. Eso es un hecho innegable para quienes siguen –en profundidad- el andar político de nuestra provincia.
Ahora bien, dicho acercamiento entre los dos espacios más importantes de La Rioja persiguen diferentes intereses y acepciones para cada sector. En el seno íntimo del Quintelismo sostienen con fiereza que no están dispuestos a ningún Pacto o Alianza con el Bederismo; a su vez, sus máximos referentes ruegan públicamente una apertura al diálogo por parte del Gobierno Provincial.
No estamos frente a una contradicción esquizofrénica del espacio del Intendente, sino ante una clara distinción entre ‘institucionalidad’ y ‘politiquería’. El Quintelismo pretende que el Gobierno Provincial y el Municipio trabajen mancomunadamente, poniendo fin a un escenario que definen como ‘irrisorio’ e ‘ilógico’: el ahogo financiero de la Casa de las Tejas al Palacio Ramírez de Velasco. Paralelamente, niegan una intención por parte de su líder de pactar con Beder Herrera para allanar el camino hacia el 2015.
La visión del quintelismo se resume en la siguiente premisa: el diálogo debe ser Institucional, entre el Gobernador y el Intendente; algo muy distinto a una reunión privada entre Ricardo Quintela y Luis Beder Herrera para pactar una alianza política. “Por lo primero lucharemos incansablemente, para el bienestar del ciudadano capitalino; para lo segundo no moveremos un dedo, al Gitano NO le interesa”, parece ser el pensamiento de los principales asesores del Intendente.
Bien distinta es la situación en el Bederismo, donde parece no haber una intención en distinguir entre política e Institucionalidad. Los tiempos cambiaron y el Gobernador ya no descarta a rajatabla un acercamiento con el Gitano, pero es imprescindible que exista una decisión ‘política’ de ambas partes para concretar la reconciliación. Muchos aseguran que Beder Herrera estaría dispuesto a ceder gentilmente su trono a Quintela, con la condición de pactar una salida pacífica, tranquila y fructífera de la Casa de las Tejas. Otros se animan a ir más allá y afirman que el Doctor pretende un fuerte respaldo del Gitano para que Beder pueda nacionalizar su figura.
Concluyendo, puede aseverarse que mientras el Bederismo busca un acuerdo político, el Quintelismo insta a un diálogo Institucional; en cuanto se termine de limar esa divergencia, seguramente llegará la reunión entre los dos referentes políticos más importantes de la Provincia.
Antidialoguistas
De concretarse este acercamiento –ya sea político o institucional- existe una vasta cantidad de funcionarios y líderes partidarios que llorarán por los rincones. A priori, quienes quedarán más descolocados serán los integrantes de Fuerza Cívica Riojana, que verán cómo se desmorona su proyecto político de cara al 2015. Sin un bastión clave como Capital –y teniendo en cuenta la pobrísima elección que realizaron en el Interior-, llegar a la Casa de las Tejas les será imposible. No se puede ganar una elección Provincial solo con Famatina y Chilecito, únicos territorios que le ‘pertenecen’ a FCR.
Las declaraciones de Ismael Bordagaray criticando a su ¿ex? amigo Ricardo Quintela se entienden como una reacción impulsiva al nuevo escenario que se avecina. Existe un sector del Quintelismo que saldrá gravemente herido si esta ruptura se concreta; en la pasada elección varios referentes Q hicieron proselitismo público por FCR, asegurando que el Intendente de Famatina era un ‘amigo’ y representaba el ‘ala peronista’ de este Frente. ¿Cómo explicarán –ahora- que ese ‘amigo’ al que apoyaron bastardee -sin sonrojarse- al Gitano?
Lo cierto es que –ante un acercamiento entre Quintela y Beder- la alianza que encabeza Julio Martínez se vería obligada a dejar de pensar en el 2015 y comenzar a trabajar con vistas al 2019.
En el Bederismo también existen unos cuantos que prenden una vela para que su líder mantenga la enemistad con el Intendente capitalino. En los últimos meses vienen trabajando con esa premisa como principio básico para edificar sus aspiraciones, y cabe preguntarse qué harán ciertos Intendentes que se autoproclamaron como sucesores del Gobernador, si éste decide poner fin a su obstinación para que Quintela no llegue a la Casa de las Tejas. El nombre que surge por decantación es el de Gustavo Minuzzi, pero muchos otros (Fonzalida y Saúl) también corren la misma suerte.
Son días decisivos para el futuro inmediato de La Rioja. El escenario conflictivo entre Provincia y Municipio que predominó en los últimos dos años podría llegar a su fin. Curiosamente, el Gobernador y el Intendente no parecen ser los que ‘más se juegan’ en este cambio paradigmático, ya que –si bien influirá determinantemente en sus acciones- sus aspiraciones para el 2015 ya están definidas. Consecuentemente, son algunos ‘laderos’ los que siguen minuto a minuto la posible reconciliación; las operaciones políticas para que ello NO ocurra están a la orden del día.
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