Mucho se ha hablado sobre el Discurso que el Gobernador pronunció durante la Apertura de Sesiones Ordinarias, pero pocos repararon en una importante frase que Beder Herrera disparó durante la ceremonia de asunción de los Ministros Javier Tineo (Producción) y Marco Perera (Salud). Por su peso específico, la siguiente frase tiene bastante más importancia que gran parte del extenso discurso en la Legislatura: “He buscado ministros de peso porque estaba muy metido en todo, y quiero estar más atrás para ver solo lo más importante”.
Públicamente, el Gobernador está manifestando que desea perder protagonismo, algo inusual para cualquier dirigente que esté interesado en continuar en la vida política. Un mandamiento político –muchas veces exagerado por algunos- indica que el protagonismo es sinónimo de crecimiento y consolidación. No son pocos los dirigentes riojanos que repiten “no interesa si bien o mal, lo importante es que hablen de uno”.
Beder Herrera rompe con esa regla post moderna y elige relegar protagonismo en sus funcionarios. En columnas anteriores, ya te habíamos anticipado que al volcarse por Ministros Fuertes (Del Moral, Saúl, Rejal y Tineo), el Gobernador estaba resignando su calidad de ‘Amo y Señor’ del espacio que lidera, para dar lugar al nacimiento de un nuevo referente que pueda sucederlo en el 2015. Ahora, es el propio Beder Herrera el que lo reconoce públicamente.
Políticamente, debe entenderse que ‘dejar en manos de los Ministros las cuestiones cotidianas’, es darle la posibilidad de competir en igualdad de condiciones para erigirse como candidato del Bederismo. Bien sabemos que la Política es ‘el arte de lo posible’ y todo puede pasar, pero el Gobernador viene actuando con coherencia práctica y discursiva desde que anunció su negativa a ir por la Re reelección. No así sus funcionarios más obsecuentes, que pese a lo que dice (y hace) su propio líder, insisten con instalar en la agenda pública la reforma de la Constitución Provincial para permitir un período más del actual Gobernador.
Tres Opciones
La prestigiosa encuestadoras encuestadora ARESCO (comandada por Julio Aurelio) hizo público un sondeo donde Julio Martínez y Ricardo Quintela encabezan las preferencias de los riojanos para ser el próximo Gobernador. No informaron sobre el porcentaje obtenido por Beder Herrera (o alguno de sus posibles candidatos), pero por la suma de los guarismos obtenidos por el radical y el Intendente Capitalino, se desprende que existe una porción importante de la sociedad que se siente representada por el espacio del actual mandatario.
Rápido de reflejos, el Gobierno dejó trascender una supuesta encuesta (no se precisaron datos técnicos al respecto) donde Beder Herrera lideraba el sondeo. Según este estudio, Quintela y Martínez alcanzan porcentajes muy similares a los expuestos por ARESCO. A menos de cinco meses de las últimas elecciones, resulta fastidioso comenzar a hablar de encuestas que intente pronosticar certeramente al próximo Gobernador. La lejanía con el comicio (Octubre de 2015) y la falta de definiciones en los espacios políticos dominantes, hacen imposible creer en cualquier tipo de vaticinio.
Sin embargo, es claro que la actualidad política de La Rioja ofrece tres opciones/proyectos para aspirar seriamente a la Casa de las Tejas: Quintelismo, Bederismo y Martinismo. Si las elecciones fuesen hoy y los tres espacios decidieran presentar candidatos propios, estaríamos ante un escenario muy parejo: la merma del respaldo popular hacia el Gobernador logró posicionar a Julio Martínez, adueñándose del voto opositor. Un ‘torta’ repartida en tres porciones iguales parecería ser el gráfico más adecuado para reflejar realidad actual.
Sin embargo, faltan dos años y muchas variables entran en juego: ¿Podrá Martínez conservar ese voto opositor? ¿Encontrará Beder un candidato que lo represente y convenza al electorado? Si se desdice y define ir por la Re-re, ¿perderá mas adhesiones de las que ya dilapidó? . Especialistas en la materia aseguran que no serán tres los candidatos, sino que uno de ellos jugará de árbitro: “Si los tres son candidatos, quien tiene las de ganar es el radical, pero es un escenario poco probable”.
Al reducirse la contienda a dos candidatos, el que se ve beneficiado es el Intendente Capitalino. Conociendo a los tres actores, solo un pacto (o alianza) entre dos de ellos es imposible de concretarse: Martínez y Beder Herrera. Aunque no lo oficialice, la candidatura de Quintela es la más segura: el Gitano ya habría desechado la posibilidad de continuar comandando la Ciudad y cree que es su gran chance de concretar lo que viene buscando hace tiempo.
El caso de Martínez es el más aleatorio: su Ego (basado en las encuestas) lo visualizan como candidato a Gobernador, pero sabe que solo tiene posibilidades de vencer si Quintelismo y Bederismo van separados. A su vez, está convencido que el actual Gobernador hará lo imposible para no entregarle al poder (‘no voy a permitir que me pase lo mismo que a Menem –terminó preso- con De la Rúa’), y si Mashasha se encapricha con la gobernación corre el riesgo de quedarse con las manos vacías. Sería un pecado político imperdonable desperdiciar el caudal político que logró acumular en los últimos años.
Un escenario que seduce al radicalismo es: Martínez Intendente de Chilecito, un representante de Fuerza Cívica Riojana (Bordagaray) vice de Quintela e Inés Brizuela y Doria candidata a Intendente en Capital (con apoyo total del Quintelismo). El último punto es el que más ambicioso resulta y disgusta a muchos referentes quintelistas; si se logra, se concretaría un mapa político impensado hasta para el más optimista de los radicales: poder y mando de los dos Departamentos de la Provincia.
Ese mismo panorama dejaría con las manos vacías al Bederismo, y quienes conocen al Gobernador aseguran que “sabe hasta dónde tirar, pero no se va a arriesgar a quedarse con las manos vacías”. Antes de imaginar lo narrado en el párrafo anterior, Beder le allanaría el camino al Gitano, con la condición de tener una post gobernación ‘tranquila’ (judicialmente hablando) y negociar para que uno de sus delfines se erija como Intendente Capitalino. Es decir, se invertiría el Pacto del 2011: Quintela Gobernador y un Bederista (Paredes Urquiza, Tineo o Bosetti) Intendente.
Falta mucha agua por correr y la atmósfera puede ir variando abruptamente. Sólo un escenario es totalmente improbable de imaginar: Beder y Martínez trabajando cómplice o conjuntamente. Es decir, podemos visualizar un Martínez-Quintela vs Beder; o un Beder-Quintela vs Martínez; pero jamás un Martínez-Beder vs Quintela. Allí se encuentra la razón por la que el Quintelismo ve el 2015 cada vez más esperanzado.
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