La Gestapo de Gaspanello
Desde su fundación la UNLaR tiene entre su planta docente a muchos profesionales que viajan de otras provincias para desarrollar su actividad en la universidad. Estos docentes viajeros se alojan en el “Albergue de Huéspedes” administrado por la FUNLaR (que preside el Vicerrector Gaspanello) y se encuentra ubicado dentro del campus de la UNLaR, donde tienen habitaciones y un comedor que también es utilizado por docentes de La Rioja.
No es novedad el desmanejo de fondos de la FUNLaR que no puede explicar los millones anuales que se destinan a un albergue que se cae a pedazo, ni la persecución a cualquier voz opositora como en las peores épocas del tellismo, pero Gaspanello se anima a mucho más, incluso a métodos que el propio Tello no se atrevió a utilizar.
Después del receso de julio, por ejemplo, en el comedor de docentes se instaló un sistema de video vigilancia con cinco cámaras que además de video graba audios enfocados a las mesas que comparten los docentes y donde se tratan los temas más diversos: políticos, personales, universitarios y académicos.
No hace falta ser un gran analista para entender que la intención del Vicerrector es conocer todos los detalles e identificar cualquier voz opositora dentro de su feudo, incurriendo en una serie de violaciones por demás de explícitas pero que evidentemente y con total desparpajo poco le importan.
La intención del rectorado es manejar un servicio de inteligencia que observe, escuche y grabe a todos para tener “fichados” fácilmente a todos los docentes que usan ese recinto como en cualquier régimen dictatorial.
La privacidad de los docentes es vulnerada y cualquiera que dentro de ese lugar de descanso docente que se atreva a decir algo en contra es rápidamente atacado e insultado por los concesionarios de ese deficiente servicio de comedor, Daniela Peralta Diez y su esposo Juan.
Párrafo aparte merece el propio servicio de los concesionarios del comedor, quienes contratados discrecionalmente por parte de la FUNLaR y a quienes se les paga sumas millonarias (según datos informados por la propia fundación de la universidad ante el Consejo Superior) brindan un servicio deficiente que sólo incluye unas porciones de pizza en su menú nocturno y es facturado a la universidad como una cena en un 5 estrellas.
También es de público conocimiento que el propio Consejo Superior autorizó una medida extraordinaria para que los docentes viajeros dicten clases cada quince días para efectuar un ahorro de viáticos frente a la difícil situación financiera que atraviesa la universidad.
Ingeniero Gaspanello ¿el recorte presupuestario y académico que sufre la universidad no llegó a su sistema parapolicial de control?
Pese a que no hay fondos para los pasajes docentes los hay para un sistema de vigilancia que cuesta miles de pesos tiene poco sentido más allá de la inteligencia con fines persecutorios.
EL PANÓPTICO DEL VICERRECTOR
Como bien lo describe Michel Foucault en Vigilar y Castigar, el objetivo de la estructura panóptica que era frecuentemente utilizada en sistemas carcelarios es permitir a su guardián observar a todos los prisioneros sin que estos puedan saber si son observados.
El efecto más importante del panóptico es inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder, sin que ese poder se esté ejerciendo de manera efectiva en cada momento, puesto que el prisionero no puede saber cuándo se le vigila y cuándo no.
Los docentes están siendo observados, oídos, grabados, atacados desde todos los frentes.
Bien recuerdan los docentes de muchos años en la UNLaR aquella máxima que repetía el viejo Tello cuando afirmaba que “a los docentes hay que darles una cucharada de miedo por la mañana para que se obedezcan el resto del día”. Aunque está de más recordar cómo terminó Tello y por qué pasó lo que pasó durante la primavera de 2013.
No jueguen con fuego.
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Jajajajajaja el sistema de camaras no esta en funcionamiento y no tiene nada que ver ni con el Vice Rector ni con la FUNLAR las camaras fueron adquiridas con tarjeta de credito de mi propiedad tengo boletas que acreditan la compra y el destino de las mismas no es perseguir a ningun profesor como se dice en tan escueto comunicado y con mucha falta a la verdad se que las camaras estan puestas por que hay docentes que ingresan con bebidas que no se puede ingresar al comedor y que en repetidas ocasiones se les comunico y que supongo que esta nota proviene del mismo lugar del cual ya tiene conocimiento algunos decanos de lo sucedido meses atras y la misma FUNLAR pero tambien se olvidan que son profesores que vienen a formar, y tambien se olvidan que es la unica Universidad del pais que les da (albergue, desayuno, almuerzo y cena) ese combo por si se olvidan es gratis para ustedes pero no para la universidad son un poco bastante desagradecidos mi nombre es Juan Jose Reynoso DNI 28160750 para hablar hay que poner nombre no hay que tener miedo mi amigo.
Dale Juan Reynoso! Contate uno más creíble. Papá Noel existe y las cámaras las hizo instalar el espíritu de Eugenia de Chikoff para ver quien come pollo con la mano… jajaja Son lamentables!
Naaaa! Qué vamos a tener espionaje en la Nueva UNLaR grabando videos y audios de los docentes en su momento de descanso. Este es un servicio a la comunidad de Pepe y sus amigos para que ningún profe vuelva a dar clases con lechuga entre los dientes.
PA TE TI COS!
Como docente viajera y usuaria del comedor del albergue de la UNLAR,
debo disentir con parte de esta nota. El servicio del comedor dista de
ser deficiente, sino que es muy bueno y los chicos que atienden, Daniela
y Juan, siempre son atentos, amables y correctos. Durante la noche no
se sirve «solo pizza», sino tres opciones de menú, al igual que en el
almuerzo, con bebida a elección, y también nos proporcionan el desayuno,
con criollos o facturas e infusión a elección, todo sin costo para el
docente que se alberga. Las cámaras sí existen, las he visto, pero en lo personal me tienen sin cuidado, ya que solo concurro al comedor para utilizar los servicios y departir con los colegas. Saludos.
Como docente viajera y usuaria del comedor del albergue de la UNLAR, creo que corresponde aclarar que el servicio del comedor es bueno y los chicos que atienden, Daniela y Juan son atentos, amables y correctos. Durante la noche no
se sirve «solo pizza», sino tres opciones de menú, al igual que en el
almuerzo, con bebida a elección, y también nos proporcionan el desayuno,
con criollos o facturas e infusión a elección, todo sin costo para el
docente que se alberga. Las cámaras sí existen, las he visto, pero en lo
personal me tienen sin cuidado ya que solo concurro al comedor para utilizar los servicios y departir con los colegas. Saludos.