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Una historia que eriza la piel

Más allá de todos los polos turísticos que posee el Departamento, no podés dejar Villa Unión sin visitar al Bebé Milagroso. Hace 47 años, Miguelito (Miguel Ángel Gaitán) murió de Meningitis cuando era trasladado al Hospital de Chilecito. Siete años después, tras una tormenta, su cuerpo apareció intacto en el cementerio y dio comienzo a la leyenda. FOTOS Y VIDEOS!

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Redacción de RiojaLibre

Un lugareño, en la puerta del Cementerio, nos resumió en cinco lineas la historia: «Miguelito nació en 1966 y murió una semana antes de cumplir un año enfermo de Meningitis. En 1973 hubo una tempestad en Villa Unión que arrasó con todo, descubrimos que la tumba de este bebé había sido destruida y su cuerpo estaba intacto; después le construyen otra tumba con ladrillos, pero al tiempo aparecen misteriosamente rotos, hubo un segundo intento y también se destruyó la tumba. Miguel quería libertad y ser visto, su cuerpo se mantiene intacto y es milagroso; vos tenés que poner la mano sobre el vidrio a la altura de su frente y pedir un deseo, luego de que te lo cumpla volvés y dejás una ofrenda. Entren y vean todas las ofrendas que dejaron que comprueban sus milagros».

Tomamos el reto e ingresamos al Cementerio. Llegamos a la panteón donde está Miguelito:

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Entramos y vamos directamente al ataúd donde reposa Miguelito:

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Luego de quedar impactados por largos minutos, levantamos la vista y vemos las innumerables ofrendas y muestras de agradecimiento:

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El movimiento de gente es intenso, no merma y -según las señoras que acompañan a Miguelito a toda hora- «en todo momento es igual, siempre hay gente que viene a ver a Miguel Angel y pedirle su deseo». Salimos afuera y siguen las muestras de afecto y agradecimiento:

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La última foto corresponde a un piso que se debió hacer por la cantidad de regalos y ofrendas que recibía Miguelito. Los rumores indican que uno de esos Osos de peluche gigantes que se ven en el ventanal es ‘ofrenda’ de Marcelo Tinelli, que -como Susana Giménez y otras tantas personalidades- visitó a Migue Angel Gaitán. 

Vale destacar que la leyenda marca que a Miguelito se le regala juguetes «porque le encanta jugar y divertirse». Así como lo lees: los lugareños aseguran que «los jueguetes aparecen desacomodados por la mañana, porque a la noche Miguelito se despierta y juega con todos los regalos que recibe».

Te dejamos, a continuación, la leyenda completa de Miguel Angel Gaitán, que llegó a ser publicada en The New York Times:

Miguelito o Miguel el Bebé Milagroso

Su transformación en Santo Popular no sigue los patrones que hemos observado en el resto de los personajes considerados, como se advierte en el relato que hace la madre.

En 1967, quince días antes de cumplir un año, Miguel Ángel Gaitán muere de meningitis y sus restos son enterrados en el cementerio local de Villa Unión en la provincia de La Rioja. Había nacido en Banda Florida, a orillas del río Bermejo el 9 de julio de 1966 y era el hijo número 12 de Argentina Nery Olguín y de Bernabé Gaitán (que tuvieron quince pero sólo nueve sobrevivieron). Miguelito murió el 24 de junio de 1967 cuando era transportado con urgencia por una ambulancia hasta Chilecito.

Artículo sobre "El Niño de los Milagros" publicado en el New York Times (10/08/96)

La leyenda comienza luego de una violenta tormenta en 1973, siete años después de su muerte. De acuerdo con los pobladores, la tempestad destruyó el túmulo de ladrillos y cemento que cubría el cajón del bebé, el cual fue descubierto por un trabajador del cementerio. Espiando su interior, encuentra los restos del niño virtualmente intactos, y se reconstruye la tumba para proteger el cajón de los elementos. Poco después las paredes se habían caído «misteriosamente» sin mediar tormentas ni vientos. Hubo una segunda reconstrucción pero los ladrillos volvieron a aparecer desparramados, por lo tanto decidieron dejar el cajón en el exterior.

Pero entonces notaron que la tapa del ataúd había sido removida a la noche. «Colocamos piedras y objetos pesados sobre la tapa, pero cada mañana la encontrábamos removida» cuenta la madre de Miguel Ángel, «finalmente decidimos que Miguel no quería ser cubierto, quería ser visto.» (Amato 1996). Primero estaba simplemente destapado pero luego le arrancaron una falange que conservaba un pequeño anillo y además todo el mundo le tocaba la frente. Ahora esta en una pequeña caja azul de madera, cerrada con un candado y con la tapa de vidrio. A través de él se ve su rostro reseco y marrón y su madre le cambia habitualmente de ropa. Los creyentes ponen la mano sobre el vidrio a la altura de la cabeza. Cuando este hecho se divulgó comenzó a llegar gente de todos lados para verlo, primero individualmente luego en tours programados, no sólo desde la ciudad de La Rioja, sino desde San Fernando del Valle de Catamarca y Córdoba.

Entonces construyeron un pequeño panteón para guardar los juguetes, carpetas de estudiantes, autitos, bicicletas, flores de plástico, ositos, placas de metal y cerámica con forma de corazón o con diseños de angelitos, cintas celestes y blancas, fotos, insignias. Son tantas las ofrendas que el panteón se fue ampliando con una habitación al lado y otra arriba.

Entre los agradecimientos se leen: «gracias por hacerme campeón de Karate», «porque se me declaró José», «porque saqué 10 en el examen». Hay trofeos deportivos, escarpines, rosarios y cuadernos donde se escribe el pedido que se le hace al Angelito y si él cumple debe publicarse un agradecimiento en uno de los diarios de la capital riojana.

La madre de Miguel Ángel, Argentina Gaitán, atendía (murió hace dos años) diariamente la tumba. Si los «buscadores de milagros son afortunados» (Amato 1996), la madre abrirá el cofre y les permitirá tocarlo en la cabeza. Si fueran verdaderamente afortunados, ella vestirá el cuerpo con las ropas de bebé que los peregrinos traen, como la pequeña camiseta de Boca Juniors. Los peregrinos dejan ofrendas, generalmente juguetes, y la Sra. Gaitán vende postales y estampas con el retrato de Miguel Ángel en su ataúd por dos pesos y cuadernillos con la crónica de su vida y muerte por quince pesos. Los juguetes los donan a las escuelas, y con las bicicletas se hacen rifas.

Dicen que a veces a la mañana se encuentran juguetes desparramados y se supone que Miguelito estuvo jugando durante la noche.

MIRÁ LOS VIDEO DEL INFORME QUE HIZO TN:

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