Redacción de RiojaLibre
El viernes a las 10 horas estaba previsto el comienzo de la Mesa Provincial en Sanagasta, pero se retrasó para las 12:30 hs. Casualmente, en ese lapso, en el medio de comunicación de uno de los integrantes de la Mesa (Gustavo Luna) se entrevistó a Inés Brizuela y Doria. Tras el diálogo, una frase comenzó a recorrer todos los medios bedermesistas: “Quintela trabajó con nosotros en las elecciones del 2013”.
Enceguecidos con la división del justicialismo, los integrantes necesitaban ‘algo’ para hablar en la reunión de Sanagasta. “Si no existe, lo construimos”, parece ser la metodología bedermesista. Fue así que el encuentro en tierras de Aparicio se basó en hacer leña de esa frase, cuestionando al Intendente capitalino y pidiendo airadamente que no se lo deje entrar al Justicialismo, ya que “el mismo radicalismo acepta que ‘trabajó’ para ellos”.
El detalle es que esa frase NUNCA existió. Es totalmente falsa. Al mismo tiempo que Tere Madera utilizaba esa frase para denostar a Quintela, la autora de la supuesta frase (Inés Brizuela y Doria) recorría todos los medios asegurando que “nunca dije eso, es una tergiversación total de la información” y –a su vez- denunciaba una operación de prensa de los dueños del medio difusor de tal falaz frase. Así mismo, horas más tarde se difundió el audio completo de la entrevista, confirmando que dicha frase NO existió: Brizuela y Doria no estuvo ni cerca de decir que “Quintela trabajó para el radicalismo”.
La sustancia del encuentro del viernes en Sanagasta se edificó en base a una mentira. ¿Cuál puede ser el futuro de una Mesa Mentirosa? Es inevitable apelar al viejo y sabio refrán popular “la mentira tiene patas cortas”. En la política riojana, se puede reformular ese principio: “La mentira y la mesa tienen patas cortas”.
Vale aclarar que el radicalismo no es inocente. Si bien existió la ‘tergiversación’ que denunció Brizuela y Doria, también es cierto que a FCR le conviene a sobremanera que Quintela no ingrese al peronismo. El Intendente es una especie de figurita difícil por la que Beder y FCR se pelean por tenerla, porque saben que sin ella la victoria es cuasi imposible. En esta oportunidad, los intereses de FCR y la Mesa Capital coinciden: ambos quieren la división del peronismo, impidiendo la integración de Ricardo Quintela. Por estrategia electoral, es entendible la postura de FCR; pero –a su vez- inentendible y de un egoísmo político pocas veces visto la posición que adopta la Mesa Capital.
Sin caer en el cooperativismo, vale salvaguardar a los comunicadores y medios de comunicación en esta operación. No es responsabilidad de ellos la tergiversación de la información, sino de los políticos vinculados directamente con el Medio. La política –mejor dicho, la mala política- mete la pata en la comunicación, y cada vez más a menudo.
Lo hizo el viernes, y lo hizo hace 10 días con el suceso que involucró al hijo del Gobernador. Ya es harta sabida la posición que adoptamos al respecto, pero –habiendo reconocido que un sector de la prensa estuvo mal- vale resaltar que muchos dirigentes utilizaron políticamente ese hecho. Hartar a mensajes al Gobernador usando ese hecho para operar contra el Intendente y profundizar la división es –claramente- una intervención política. El Bedermesismo se llenó la boca -públicamente- afirmando que era ‘amoral meter al hijo del Gobernador’, pero para operar políticamente -por lo bajo- no tuvo ningún inconveniente en hacerlo.