Redacción de RiojaLibre
La noticia de la intervención del PJ que se conoció ayer soprendió a propios y extraños. Pero revisando el archivo uno se da cuenta que no es algo nuevo; en 2005 un tal Néstor Kirchner utilizó la misma herramienta para eliminar a sus oponentes:
Aquí la nota completa:
La Justicia intervino el PJ nacional por considerarlo «acéfalo»
El objetivo del presidente Néstor Kirchner de asumir el control del peronismo quedó ayer un paso más cerca de convertirse en realidad: la jueza María Romilda Servini de Cubría dispuso la intervención del Partido Justicialista en el orden nacional y ordenó que se votaran nuevas autoridades en el mediano plazo.
No se prevé que la medida tenga un impacto directo en la campaña proselitista en marcha, pero causó abierto malestar en los sectores que responden a Eduardo Duhalde y a Carlos Menem. Imaginan una jugada del kirchnerismo para sacarlos del poder justicialista tras las elecciones de octubre.
La jueza consideró que el PJ vive en «estado de acefalía» desde 2003 y fundó su decisión en el temor a que las peleas internas causen una «división irreconciliable» y pongan en peligro «la propia existencia» del partido.
A cargo de manejar la intervención quedó Ramón Ruiz, un veterano dirigente que este año normalizó el PJ porteño. Tras ese paso, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, accedió a la conducción. La jueza encomendó a Ruiz como misión central convocar a elecciones internas.
Fuentes cercanas a Kirchner reafirmaron anoche la voluntad del Presidente de competir por el máximo cargo partidario o, al menos, postular a una figura de su absoluta confianza.
En los últimos tres años, han fracasado todos los intentos por definir autoridades en el peronismo. El último presidente del consejo nacional del PJ fue Carlos Menem, cuyo mandato venció en 2002.
El último plan por normalizar el partido ocurrió en marzo de 2004. Se convocó a un congreso en Parque Norte en el que protagonizaron una pelea abierta Hilda Duhalde y Cristina Kirchner. Se eligió una conducción interina, pero el Presidente promovió la renuncia de casi todos los elegidos.
Servini de Cubría argumentó que tras esa reunión no se habían hecho esfuerzos por encauzar la vida interna del partido. Es un punto en el que existe total coincidencia en el peronismo.
Pero los duhaldistas y los menemistas cuestionan el momento en que la jueza tomó la decisión, cuando está en desarrollo el proceso electoral.
«Lamento que se haya llegado a esto, pero era inevitable. Eso sí, me hubiera gustado que la decisión se tomase después de las elecciones», dijo a LA NACION el diputado duhaldista Eduardo Camaño, a quien le había quedado la conducción interina del PJ tras el fallido congreso de Parque Norte.
Más explícito, el diputado Adrián Menem sostuvo que la intervención respondía «a una estrategia del Gobierno para destruir el partido».
En el Gobierno hubo silencio. «No fue una medida buscada por nosotros; tampoco la objetamos», dijo un funcionario cercano al Presidente.
El diputado kirchnerista Jorge Argüello, que integra la conducción del bloque del PJ, se anotó con el primer pedido para que el Presidente pelee por el poder partidario. «Creo que el nuevo tiempo que sobrevendrá a las elecciones de octubre requerirá que Kirchner asuma la conducción del PJ», dijo a LA NACION.
Especulaciones
En los distintos sectores del partido calculaban anoche que el proceso de normalización debería culminar con elecciones en marzo o abril.
El interventor designado sólo anticipó que su misión no va a interferir en las elecciones de octubre. Desestimó así las especulaciones sobre un posible intento del oficialismo por anular la alianza que alcanzó el PJ bonaerense con el partido que lidera Luis Patti. «En Buenos Aires, el justicialismo no presenta la situación de acefalía», aclaró Ruiz.
Servini de Cubría emitió su fallo con relación al reclamo de un grupo de militantes que responden al titular de Fedecámaras, Rubén Manusovich, un dirigente que participa del armado transversal del kirchnerismo porteño. Los peticionantes pedían la nulidad del congreso de Parque Norte, la caducidad de las autoridades vigentes, y la designación de Manusovich como presidente provisional del partido.
En su argumentación, la jueza tildó de «descabellado, improcedente y carente de la seriedad mínima» el pedido para proclamar jefe del PJ a Manusovich. Pero sí tomó en consideración la denuncia sobre la acefalía en el partido. Opinó que «no existe el órgano ejecutivo que prevé la carta orgánica» y alertó que «el grado de división interna parece hacer imposible cualquier intento de acercar posiciones».