Redacción de RiojaLibre
‘¿La Constitución no me deja ser Intendente tres períodos consecutivos? Listo, lo pongo a mi hijo, hermano, o a mi mujer, y me voy cuatro años a la Legislatura, después vuelvo’. Ese es el razonamiento que prima desde hace varios años en toda la Provincia de La Rioja, sobre todo en los Departamentos del Interior.
Hasta el Domingo, esa ‘fórmula’ venía funcionando, ya que el poder ‘quedaba en familia’. Ejemplos sobran: Castro Barros, Ulapes, Vinchina, Patquía y Villa Castelli fueron algunos de los Departamentos donde en 2015 el Nepotismo le permitió al Caudillo en cuestión sostener el poder.
Sin embargo, lo que pasó el Domingo en Independencia y General Lamadrid debe servir de ‘alarma’ para los Caudillos Departamentales. Los riojanos enviaron un fuerte mensaje a sus gobernantes: NO queremos nepotismo.
En Villa Castelli, el ex Intendente Andrés Navarreta (en 2015 dejó a su mujer Daniela López Roudier en la Intendencia) fue candidato -el Domingo- a la Intendencia, y su mujer candidata a Diputada Provincial. Ambos mordieron el polvo de la derrota: Luis Orquera venció a Navarrete y Rudy Salzwedel hizo lo propio con Daniel López Roudier.
En Patquía la ecuación es similar, solo que cambia el parentezco. El ex Intendente Juan Herrera (dejó en 2015 a su hijo en la Intendencia) se candidateó para volver al Municipio, y su hijo fue candidato a Diputado Provincial. El joven Eduardo De la Vega le arrebató la intendencia a Juan, y Claudio Akiki le ganó la Diputación a Gonzalo.
En las próximas elecciones (en 2017 se eligen Diputados en 7 Departamentos), los Gobernantes deberán tener presente lo sucedido el #27O en Patquía y Villa Castelli: los riojanos, ya sean del Interior o Capital, le dicen NO al Nepotismo.