Quedan apenas dos semanas para que venza el plazo de presentación de candidatos en la Justicia Electoral; quienes tengan intenciones de participar en las elecciones del 27 de octubre, deberán presentar sus listas antes del sábado 22 de junio. Si bien la indecisión predomina en todos los partidos y sectores de nuestra Provincia, en el radicalismo la confusión toca su punto máximo.
Existe una verdad inapelable que nadie podrá cuestionar: Julio Martínez es el político riojano con mejor imagen y –consecuentemente- favorito absoluto para los próximos comicios. Así lo reconocen públicamente dirigentes propios y extraños (Jorge Yoma e Ismael Bordagaray entre otros). Sin embargo, el Diputado Nacional corre el peligro de que la soberbia que proporcionan las encuestas, tiren por la borda todo el trabajo que viene realizando en los últimos años. No sería el primer candidato en aparecer como favorito en las encuestas y luego llevarse flor de sorpresa el día del acto electoral.
El primer contratiempo que deberá afrontar el chiliciteño cuando comience la campaña electoral, es explicar su incoherencia e incongruencia de principios ideológicos. Martínez es el primer político en poner el grito en el cielo cuando se habla de las Re reelecciones de la Presidenta y el Gobernador. A la hora de sacar réditos políticos, poniéndose del lado del ‘pueblo’ y criticando a Cristina y Beder por sus intenciones de perpetuarse en el poder, el Diputado demuestra tener una gran oratoria con su discurso opositor. Pero acaso Martínez no está concretando aquello que tanto critica: se presenta para su ‘reelección’ en la banca de Diputados con la intención de perpetuarse en el Congreso Nacional.
Hasta ahora, Martínez viene ‘gambeteando’ esta pregunta; pero una vez largada la campaña electoral –con la ferocidad que últimamente las caracteriza- tendrá que soportar las embestidas de sus contrincantes por esta incongruencia entre su discurso y sus actos. El radical tendrá dos caminos para reaccionar: explicar humildemente su postura o caer en la soberbia de ignorar los cuestionamientos y seguir como si nada pasase, alternativa que ha escogido hasta el momento.
El gran escritor español Francisco de Quevedo y Villegas dedicó gran parte de su vida a estudiar las causas y consecuencias de la soberbia en el mundo de la política. Nos explica que “La soberbia es la antonomasia de la desconsideración. Es decir: ‘Primero yo, luego yo y luego también yo’.” A partir de este razonamiento, podemos entender la actitud de Martínez, que está convencido que con el 35% de imagen positiva que le brindan las encuestas le alcanza para cumplir con su objetivo.
La sabiduría de los jóvenes
Generalmente, la historia nos ha demostrado que el ser humano adquiere su mayor grado de sabiduría cuando atraviesa los 60 años. El escenario que se vive dentro del radicalismo riojano es la excepción que rompe esa regla: son los jóvenes de la cantera popular los que parecen hacer la lectura más acertada sobre las próximas elecciones.
El joven dirigente Mauricio Pansa manifestó que “el radicalismo tiene la oportunidad de hacer una elección histórica en la Provincia, pero para ello debe haber unidad entre todos sus sectores”. Como se expuso más arriba, nadie puede poner en duda la imagen positiva que ostenta Martínez; pero también debe reconocerse que Guillermo Galván ha logrado construir un importante caudal de votos en el Departamento Capital. Si Martínez no hace dicho reconocimiento, tendremos otra pista para afirmar que la soberbia se ha apoderado de su persona.
Una fuente secreta de RiojaLibre confirmó que en las próximas horas, la Juventud Radical emitirá una solicitada pidiéndole al presidente de la UCR Jaime Klor, ‘martinista’, que –ante la imposibilidad de una unidad consensuada- permita internas en el partido. Pansa cree que lo más conveniente es ir a internas, con la condición de que el espacio que pierda no se presente por afuera, y apoye a los candidatos radicales en octubre.
A Pansa y todos los radicales, lamentamos desilusionarlos. Martínez ya tiene decidido que no habrá internas y hasta definió sus candidatos en Capital: Testimonial de Inés Brizuela y Doria, secundada por Marta de Leon. ¿Por qué el Diputado no acepta un binomio Galván-De Leon que –seguramente- conseguiría muchos más votos que dos listas por separado? Solo en la explicación de Quevedo y Villegas sobre la soberbia podemos encontrar la respuesta: “Primero Yo, segundo Yo, y luego también yo”.
La Cantera popular adelantó que si el galvanismo y el martinismo no concretan la unidad ni permiten internas, irán con candidatos propios. De esta manera, en octubre el radical capitalino podría verse obligado a elegir entre cuatro listas con candidatos de su partido: una encabezada por Galván, otra por Brizuela y Doria, otra por Pansa y –posiblemente- otra por fuera del partido (con apoyo bederista) encabezada por la radical Judit Diaz Bazan. Más allá de quien gane (Galván o Martínez, mediante IByD), queda claro quien pierde: la UCR.
Este ridículo escenario que cada vez está más cerca de concretarse obedece –casi exclusivamente- a la soberbia que las encuestas le propinaron a Martínez. Guillermo Galván ha dado muestras sobradas de su intención de ir juntos, pero siempre chocó con la negativa del martinismo. Para finalizar, citamos una frase de Quevedo y Villegas que parece escrita especialmente para advertir a Martínez: “La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió”