Redacción de RiojaLibre
La Novela de los hermanos Igualada es uno de los dramas más tristes y -hasta trágicos- que les toca vivir a nuestra Provincia. Desde un comienzo, la historia estuvo marcada por la falta de compromiso e incumplimiento de los hermanos sanjuaninos, a los que hay que reconocerles la habilidad para aprovecharse de las disputas políticas locales y lograr una posibilidad de negocio nueva ante cada crisis.
Aprovecharon el enfrentamiento Quintela-Beder en 2014, luego vivieron cuatro años a costas del enfrentamiento Paredes Urquiza-Casas, y ahora operan a destajo para sobrevivir nuevamente agitando el enfrentamiento Inés-Quintela. «A nosotros la concesión nos la da el Municipio, es la Intendenta quien debe revocarnos o renovarnos la concesión», sostuvo la abogada de la Empresa durante la mañana del Jueves.
«Donde hay una necesidad nace un derecho», decía Evita, pero Juan Cruz y Juan José han reformulado esa sabia frase para convertirla en «donde hay una necesidad, nace un negocio», llevándola al extremo.
Lo sucedido ayer en la esquina de Pelagio B. Luna y Belgrano tiene dos responsables con nombre y apellido: Juan José y Juan Cruz Igualada. San Francisco es una empresa privada, que -como tal- debe hacerse cargo del pago de sus empleados. Pero desde hace cinco meses, cada inicio de mes es un calvario para estos 180 trabajadores, que no pudieron cobrar su sueldo en tiempo y forma.
«Los trabajadores pertenecen a San Francisco, no puede pagarles la Provincia», aseveró la letrada Font, cínica e impunemente. Es decir, San Francisco reconoce que NO les paga a sus trabajadores, y utiliza esa relación contractual para impedir que le pague el Estado Provincial.
El maltrato de los hermanos Igualada a los trabajadores riojanos fue sistemático, desde el inicio del desembarco en nuestra Provincia. Llegaron a la Provincia con personal sanjuanino, y nunca se les dio a los trabajadores riojanos ni el lugar ni el trato que se merecen.
Ayer, la presencia sanjuanina en el origen del enfrentamiento con la Policía fue indisimulable.
Los Igualada le hicieron mucho daño al transporte riojano. Ayer, fue la gota que rebalsó el vaso. Pero los maquiavélicos hermanos están dispuestos a escribir un nuevo capítulo en esta Novela, no ser irán ni callada ni tranquilamente. Esperemos la madura relación que lograron cimentar el Gobernador y la Intendenta capitalina no les permita a los sanjuaninos seguir usufructando con el dinero de los riojanos.