Un término que se ha puesto de moda en los últimos meses, y que esta en boca de todos, es el de ‘Renovación’. El Intendente Alberto Paredes Urquiza lo utilizó promediando el año e inmediatamente se impuso para marcar una ‘diferencia’ entre Paredismo y Bederismo, entre lo que pretende ser la ‘nueva política’ y la ‘vieja política’.
Se habla de renovar el peronismo, de la necesaria renovación de la política, de renovar los liderazgos, etc. Ahora bien, veamos quiénes fueron los que acunaron y comenzaron a utilizar este -hoy repetido- término. A nivel nacional, un ejemplo histórico fue el que tuvo lugar en el peronismo durante el retorno a la democracia, allá por 1983. En aquel entonces, Antonio Cafiero fue el lider de esa corriente dentro del peronismo. En filas radicales, Raul Alfonsin, lideró su espacio denominado Renovación y Cambio, con el que logró alcanzar la presidencia de la Nacion.
Ambos movimientos propusieron la actualización de sus respectivos partidos a los momentos históricos que les tocaban vivir, se enfrentaron con los viejos liderazgos internos que conducían al peronismo y al radicalismo respectivamente, y conectaron de forma directa con el ánimo de la gente que quería y demandaba la renovación. Vale la pena poner en contexto, y recordar que veníamos de la época más oscura que le tocó vivir a la Argentina: el denominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983).
En La Rioja, hay un precedente muy cercano con el mismo término. El año pasado, la lista que llevó a la Concejalía a Diego Narvaez, se llamo la «Renovación que nos merecemos»; y hoy en día su bloque unipersonal en el Concejo se llama ‘Renovación Riojana’.
La propuesta de Narváez se centra en la generación de ‘nuevas formas de hacer política’, privilegiando el contacto cercano con los vecinos para escucharlos y recoger sus inquietudes, ideas, y propuestas. El contenido político del proyecto renovador consiste en ‘resignificar el peronismo’, como movimiento que en busca de la justicia social, la soberanía política, y la independencia económica; es la herramienta ideal para encarar y proponer un proyecto popular de provincia, inclusiva y democrática. Y sobre todo federal.
Consecuentemente, podemos deducir que la renovación no tiene que ver con una cuestión etaria ni con nombres personales, sino con renovar modos de conducir, mecanismos y prácticas políticas que originadas en otra época, aun continúan.
Con un fuerte componente militante y territorial que combina la presencia técnica y el asesoramiento especializado, el nombre ‘Renovación que nos merecemos’ fue profético de los nuevos tiempos que esta viviendo la sociedad riojana; sobre todo de aquellos que comulgan políticamente con la Gestión Municipal, o quienes creen que el Gobernador debe afrontar un inexorable fin de ciclo.