Una caída imparable: Salarios formales y la erosión del poder adquisitivo
El informe de CIFRA indica que en el último semestre, los salarios de los trabajadores formales se han desplomado un 14,9%. Esta caída se acentuó dramáticamente en diciembre y enero, tras una fuerte devaluación de la moneda y una consiguiente aceleración de los precios. En comparación con noviembre de 2019, al final del gobierno de Mauricio Macri, los salarios formales son ahora un 24,2% más bajos, una cifra que se eleva a un 32,1% cuando se mide en términos de poder adquisitivo de alimentos. Respecto a noviembre de 2015, último mes completo de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, los salarios son casi un 40% inferiores.
El periodo entre noviembre de 2023 y enero de 2024 fue particularmente devastador, con una caída real del 21,3% en los salarios, alcanzando un 23,8% en términos de poder de compra de alimentos. Esta situación no solo evidencia la gravedad del ajuste, sino también la insuficiencia de las políticas económicas actuales para estabilizar la moneda y controlar la inflación.
El impacto desproporcionado en empleados públicos y trabajadores no registrados
La situación es aún más grave para los empleados públicos y los trabajadores no registrados. El ajuste en el gasto estatal ha resultado en una disminución sustancial de los salarios en el sector público, con una caída del 21,3% entre noviembre de 2023 y abril de 2024. La economista Mariana González, autora del informe, señala que el salario real del sector público en febrero de 2024 era un 29,9% más bajo que en noviembre de 2019. Cuando se compara con noviembre de 2015, la caída alcanza un asombroso 46,3%.
Los trabajadores no registrados, que ya de por sí enfrentan condiciones laborales precarias y carecen de las protecciones básicas que ofrecen los empleos formales, han visto empeorar su situación de manera drástica. Estos empleados no solo están excluidos de las negociaciones salariales colectivas, sino que también son los primeros en sentir los efectos de la recesión y la inflación. En un contexto donde las subidas de precios no han sido totalmente frenadas por la recesión, las pocas mejoras logradas en las negociaciones paritarias son insuficientes para compensar las pérdidas sufridas.
Perspectivas a futuro: ¿Hay luz al final del túnel?
El análisis de CIFRA deja poco espacio para el optimismo a corto plazo. A pesar de algunos intentos de recuperación mediante negociaciones paritarias, la realidad es que la recesión y la inflación siguen siendo fuerzas dominantes que erosionan continuamente el poder adquisitivo de los trabajadores. La falta de devaluaciones significativas de la moneda ha actuado como un freno parcial para las subidas de precios, pero esto no ha sido suficiente para revertir la tendencia de caída salarial.
El ajuste económico impuesto por el gobierno actual, según los críticos, ha sido devastador para la mayoría de los argentinos. La política de alineamiento automático con Estados Unidos e Israel, criticada por el ministro Carli Bianco, también ha sido señalada como un factor que contribuye al aislamiento y al empeoramiento de las condiciones económicas internas.
Un llamado a la acción
La situación descrita por CIFRA exige una respuesta urgente y coordinada. Las cifras son claras: los trabajadores argentinos, especialmente aquellos en el sector público y los no registrados, están enfrentando una de las peores crisis de poder adquisitivo de la historia reciente. La caída de los salarios formales y el impacto devastador del ajuste económico subrayan la necesidad de una revisión profunda de las políticas actuales. Sin un cambio significativo en la dirección económica y política, el futuro para millones de trabajadores en Argentina parece sombrío.
Es crucial que el gobierno y las instituciones económicas tomen medidas inmediatas para proteger a los más vulnerables y estabilizar la economía. De lo contrario, la espiral descendente podría continuar, profundizando aún más la crisis y aumentando la desesperación entre la población trabajadora.