Redacción de RiojaLibre
«Vamos a estar cerca de la gente, vamos a escuchar al trabajador municipal», repetía Inés Brizuela y Doria durante la campaña que finalmente la depositó en la Intendencia capitalina.
Sin embargo, una vez en el poder el ‘relato’ cedió paso ante la cruel realidad: tanto en el Municipio como en el Domicilio particular de la Intendenta, abunda la presencia policial, marcando un ‘freno’, una distancia con el ciudadano.
‘Sorprende que haya aumentado los policías en la Muni, algo heavy se debe venir’, coinciden varios trabajadores municipales en declaraciones a RL. Ayer, un lector, envió la foto que muestra a la custodia policial en el domicilio particular de la Intendente:
Mientras la casa particular del Gobernador de la Provincia se caracteriza por tener filas de ciudadanos a la espera de ver a Quintela y comentarle sus necesidades; en la casa de la Intendente capitalina sobresale la presencia policial, poniendo una ‘vaya’ al vecino.