Ya más tranquilo quiero opinar (por un fin de semana familiar intenso) con respecto al espectáculo del viernes por la noche en el Polideportivo Carlos Menem.
La Bella y la Bestia nos llevó a mi familia a ese inmenso predio.
El espectáculo tenía los siguientes precios: 160 pesos, 260 pesos y 360 pesos.
El combo un sándwich de miga más una gaseosa 60 pesos. Antes de iniciar el espectáculo ya casi no quedaba. Me hizo acordar cuando vendíamos en la primaria por la forma de vender (niños).
Más allá de los precios, tuve la sensación que muchos de los que fueron, salieron desfraudados, ya que nada cambiaba haber pagado 160 o 260 pesos, ya que las tribunas frías y sucias aglutinan a esos dos sectores.
Aquellos de los 360 pesos estaban sentados en sillas plásticas en la destruida cancha de basquetbol.
El sonido tenía la característica a una fiesta familiar. Era inaudible.
Así pasó otro espectáculo ante una pequeña pista de hielo.
No me quejo del precio de las entradas, lo que sí planteó que más allá de un espectáculo para niños, hay que tratar que vuelvan los espectadores.
El que fue de pantalón blanco todavía debe estar tratando de sacar la suciedad.
Por Eduardo Nelson German, en calidad de Espectador