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La cola de la estrella de reality shows de 33 años sigue intacta, aún después de haber tenido a su hija North West. En este caso, lo mostró lleno de arena. Pero todavía hay muchos que dudan de que esos cachetes sean reales, y la acusan de ponerse implantes y relleno inyectable.
«Burlarse de mí embarazada y burlarse de mí ahora debería darles vergüenza. No soy perfecta y nunca cumpliré los estándares de la belleza delgada. He perdido mucho peso y estoy orgullosa. No le generen a las niñas un complejo», disparó Kim hace poco en Twitter.