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El intendente de Famatina se encadenó ayer muy temprano en Casa de Gobierno, reclamando que el Gobierno provincial hace 18 meses que no envía dinero al departamento, y que la deuda es por más de tres millones de pesos.
Entrada la noche, y en pleno caos en la Plaza se lo vio encapuchándose. Medios bederistas aprovecharon para acusarlo de golpista y montonero; los antimineros aseguran que fue para cubrirse y no inhalar los gases lacrimógenos que disparaba el BAO.
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