Todo empezó en marzo de 2015. Luego de la cirugía para extraerle el tumor, Gabriel le confesó a su papá que se sentía como un “monstruo” por la gran cicatriz que le había quedado. “Me rompió el corazón”, contó Josh, quien vio como solución hacerse un tatuaje y acompañarlo en su lucha.
La historia tiene lugar en Kansas, donde vive la familia. En diálogo con el portal BuzzFeed el papá de Gabriel dijo que siguen con el tratamiento, aunque las últimas revisaciones médicas indicaron que todo está estable.
Con motivo del Día del Padre, el pasado domingo, Josh entró en la competencia #BestBaldDad de la Fundación St. Baldrick.
Se trata de un concurso que incluye a los papás, tíos y abuelos que se rapan la cabeza para acompañar a un niño que tuvo o tiene cáncer. Marshall participó con una foto en la que se lo ve a él junto a Gabriel y una leyenda que asegura que se tatuó la cicatriz para ayudarlo a ganar confianza en sí mismo.
La historia tan emotiva logró que Josh se llevara el primer lugar del #BestBaldDad con 5.000 votos. Alison Sutton, director de medios de la Fundación St. Baldrick , dijo que es la primera vez que ocurre algo así y aseguró: “Es una historia realmente conmovedora”.
La foto de ambos se viralizó rápidamente, con miles de likes. El pequeño Gabriel, por su parte, dijo que le encanta el tatuaje de su papá porque los vuelve “gemelos”.