Redacción de RiojaLibre
En 1926, en Estados Unidos, es la primera vez que se utiliza el concepto ‘Pato Rengo’. Fue para referise al entonces Presidente Calvin Coolidge, que evidenciaba una debilidad explícita perdiendo el poder en el último año de su Gestión. Tal fue la crisis de poder de Coolidge, que muchos aseguran que allí empieza a gestarse la Crisis del 29, la más grande que haya tenido el País del Norte.
Desde entonces, se utiliza ese concepto para referirse a un líder en cuestión que atraviesa sus últimos meses en el poder, y ante la imposiblidad de reelegirse, evidencian una debilidad inocultable. El año pasado, con la Pandemia, Calderón pudo evitar esta situación; pero ahora, con la fecha de las elección casi confirmada (27 de Octubre), el Síndrome del Pato Negro invade al Rector de la UNLaR.
Del encuentro partidario que organizó días atrás, el dato más revelador fue la ausencia de cinco Decanos: Alicia Leiva (Aplicadas; es de la oposición pero dialoguista), Marcelo Martínez (Exactas; se quiere lanzar solo), Silvina Schab (Salud), Luna Mercado (Aimogasta; distanciado de la gestión por el proyecto de creación de la UNdeA) y Santillán (Villa Unión; dialoga y busca alianzas).
Esto pone en el tapete que el Rector ya no tiene ‘a todos’ encolumnados detrás suyos: cada uno hace la suya y busca su mejor destino de cara al post calderonismo.
En la UNLaR ya se habla del Post Calderonismo, ya es una realidad que Calderón terminará su hegemonía en el poder; y eso es lo que desencadena el síndrome del Pato Rengo. Antes, Calderón decía ‘blanco’ e inmediatamente 500 funcionarios y dirigentes repetían ‘blanco’. Sin cuestionar, sin pensar, sin analizar si era blanco o no.
Hoy, Calderón dice ‘Blanco’ y solo un grupo muy reducido -no más de 50- repiten Blanco. El resto primero quiere ver si es blanco, tocarlo, analizarlo, y buscar cualquier indicio para aseverar que en realidad no es Blanco.
Esa es la debilidad explícita del Rector.