La oposición, en un contexto de alianzas políticas que parece estar más motivado por intereses personales que por un verdadero proyecto de oposición constructiva. En una envestida con pocas luces pide la intervención del socavaco Banco Central, para que pueda controlar la emisión de los Bonos riojanos. Claramente, lo que se busca es que la ciudadanía de a pie no pueda beneficiarse con el bono de 50 mil que está siendo recibido por casi el 100% de los comercios.
Al ir contra los Chachos, estos cuatro Diputados no van contra los intereses de Ricardo Quintela, sino contra los más de 70 mil trabajadores estatales que desde el Martes cobrarán el Bono de $50.000. También van contra los comerciantes, las despensas de Barrios, las PYMES; porque es un hecho que ese bono el trabajador lo reinvertirá en el circuito local. Si un empleado no cobra $50.000, un comercio deja de facturar ese monto.
Esta situación pone en evidencia las conexiones internas dentro del radicalismo PRO libertario en La Rioja, que busca desesperadamente reposicionarse frente al éxito inesperado de las políticas de Quintela, como el bono de los «chachos.»
En medios nacionales como Clarín y La Nación, se ha destacado cómo la administración de Quintela ha logrado una salida airosa del intento de asfixia que busca impornerle Milei y Martín Menem, apoyada en parte por su manejo de la crisis económica que afecta a la provincia. Sin embargo, también se subraya la complejidad de la situación financiera de La Rioja y las tensiones con el gobierno nacional, lo que añade un componente adicional al escenario político local, donde la Nación adeuda más de 35.000 millones de fondos compensatorios, que se encuentran establecidos en la Ley de presupuesto 2023.
Por otro lado, medios como Página/12 han reportado que Quintela ha confrontado abiertamente las políticas de ajuste del gobierno nacional liderado por Javier Milei, argumentando que estas medidas están perjudicando gravemente a las familias argentinas. Esta postura ha fortalecido su imagen entre ciertos sectores de la población, al mismo tiempo que alimenta las críticas de sus opositores dentro del radicalismo.
Es alevoso el ataque que hay en redes sociales de bots y trolls de Martín Menem, que no sólo agreden la decisión política sino que también a los ciudadanos que están de acuerdo con la medida. Aún así la medida es exitosa y está comenzando a mover la economía provincial, por lo que esta primera etapa no será la última.
La estrategia del radicalismo PRO libertario, basada en ataques y alianzas poco claras, podría ser contraproducente si no logran ofrecer una alternativa política sólida que responda a las necesidades reales de la provincia y de la población en general. Mientras tanto, el éxito de medidas como el bono de los «chachos» refuerza la posición de Quintela, quien sigue ganando terreno tanto a nivel provincial como nacional.
Los ataques de Reynoso, Galván y compañía parecen más un reflejo del miedo a perder relevancia política que una crítica fundada en propuestas concretas. Sin una visión clara y unificada, el radicalismo PRO libertario en La Rioja corre el riesgo de quedar atrapado en su propio juego de poder, alejándose cada vez más de las necesidades y expectativas de la ciudadanía. El miedo de Milei está cada día más fijo en que este paliativo se comience a replicar en el resto del país.