Un Gobierno Canalla, nace necesariamente de una Política Canalla y por ende de la canallada de políticos que vuelven Canalla al sistema. La redundancia de la palabra canalla, tres veces en la misma oración, no es nada comparado con la política en La Rioja, donde hay demasiada redundancia, o demasiados canallas dedicados a la política, sueltos, por ahora.
La canallada se trata de ética, entonces, la ética no tiene que ser un emblema ni una bandera de militancia, sólo es lo que se desprende como consecuencia de lo que hacemos. La ética no es buena ni mala en sí misma, es el resultado de la conducta, de la moral, en definitiva de lo que hacemos y los actos hablan por sí mismos.
El canalla carece de culpa y responsabilidad tan siquiera en su posición de sujeto. La culpa para el canalla, es siempre de los otros. La responsabilidad también. Trabaja de manera solitaria pero amparándose siempre en los otros. Por eso el líder canalla está solo, debe comprar voluntades, que al venderse se vuelven canallas más allá de su pasado, de su trayectoria o de su ideología. Así nace el Estado Canalla. Cualquier parecido con lo que sucede en La Rioja, no es producto de la casualidad sino de la causalidad. Algún día nuestra querida Cantata, tendrá que agregar un capítulo: La Rioja Canalla. Como alguien también podrá definir y calificar al Peronismo Canalla, a aquel que tergiversó ideología, objetivos, que traicionó todas y cada una de nuestras 20 verdades.
Se define la palabra canalla como bajo, ruin y despreciable. De un Estado Canalla no se puede esperar otra cosa que la traición y la corrupción. La traición surge del incumplimiento de las promesas por las cuales se lo eligió, algo común en algunos y que distingue al que cumple. PERÓN CUMPLE era toda una definición de un movimiento que cumplía a rajatabla la voluntad del Pueblo. EL FAMATINA NO SE TOCA es solo un botón de muestra. Condenar a los ciudadanos desfinanciando municipios (no solo Capital y Famatina), es otro botón y -justamente- botones sobran de la traición a la voluntad popular. La falta de políticas de SALUD, TRABAJO, EDUCACIÓN, SEGURIDAD, PRODUCCIÓN, es solo el resultado de una ética oficial coherente. Coherente con la traición, con la corrupción, con el terror de Estado, con la sumisión, con la obediencia debida, y con la tan mentada CAJA. Caja de Pandora, que cuando se abre salen gusanos, lombrices y mucho, pero mucho olor a podrido.
De un Estado canalla, ruin, bajo y despreciable, surge necesariamente la corrupción.
La corrupción en sentido estricto se define como un soborno a cargo público con dádivas o dinero. Lo sustancial es que se compra un comportamiento que deja así de estar vinculado a la equidad o a valores colectivos y pasa a depender de forma espuria de intereses privados o económicos. Claro que su conocimiento y castigo es la punta del iceberg, pero lo que debe preocupar es el iceberg entero. Podemos castigar la conducta de una SAPEM, o las irregularidades de una licitación, pero nos debe preocupar las cientos de SAPEM, o los millones de dólares (verdes, blues y de los otros) que son el iceberg con el que choca nuestra Provincia todos los días.
El Estado canalla se apoya en una Prensa Canalla, para inventar información que deforme la opinión pública que, desprevenida, toma como cierto lo que lee, lo que escucha o lo que le quieren hacer ver.
No dar quórum en el Concejo Deliberante para jactarse, es una canallada, de concejales corruptos y mercenarios que faltan gravemente al deber de funcionario público.
Jactarse en un titular que se suman cautelares resistiendo el pago de Tasas constitucionalmente correctas sancionadas por el Municipio, con el consiguiente daño a los vecinos de la Capital a los que le siguen “robando” los recursos, es otra canallada.
Pagar y sostener medios periodísticos y periodistas que mienten una realidad, o esconden la misma, es otro botón para la larga muestra.
Pagar “subvenciones” a los diputados de acuerdo a su funcionalidad al poder, o a la futura conveniencia electoral, o castigar a la minoría opositora, es una más.
Otorgar un aumento de salarios insuficiente, escondiendo los recursos que en abundancia y forma llegan a la Provincia, es otra.
¿Seguimos?
Ocuparse de habilitar una terapia intensiva en Obstetricia en un Hospital de la Mujer y el Niño, después de una muerte anunciada, no tiene perdón. Es ruin, es bajo, es decir: canalla.
Hacer creer que el negociado de construir escuelas con empresas cómplices es Educación, es perverso.
Asegurar que no hay indigentes en La Rioja, e informar mal a la Nación, es indignante.
¿Más?…
Acusar a trabajadores, a médicos, a maestros, de vagos, no es de ignorantes, es de canallas.
Robar los recursos de los municipios para acusarlos y querer usurpar las instituciones municipales, solo para hacer política, es de mala leche, de mal nacido. Es decir, es canalla.
Ver como se cae el comercio local por la caída de los salarios, los más bajos del país, sin que la Provincia haga nada, o mejor dicho “haga SAPEM” ¿Qué es?
Para qué seguir, la POLÍTICA CANALLA ES UNA REALIDAD en La Rioja. Aunque no la lea en El Independiente está, se exhibe sin pudor en sus fotos, se regodea con la mentira de sus textos, se escucha en la empalagosa voz de la mentira de “esa” radio y “otras”. Usted entiende.
Ahora la PRENSA CANALLA responderá con sus torpes y mediocres “plumas” alquiladas.
Ya sin aquel orgulloso El Independiente, el de Paoletti y el grupo fundador, el de la insolencia digna, cuando los azahares perfumaban aquella Rioja, la de los naranjos, la del coraje del Chacho, Facundo o Felipe, hoy vilipendiados por la casta de los nuevos coroneles de Mitre, debemos luchar para volver.
Un mínimo párrafo de un discurso de Perón de 1953 encierra una gran verdad, no es nueva, no es un secreto, no es un descubrimiento pero es cuestión de refrescar la memoria para volver a enamorar: “la verdadera democracia consiste en que el gobierno haga solamente lo que el pueblo quiere y defienda un solo interés: el del pueblo”. Ya nada podemos esperar de un Gobierno sordo, que no escicha, no dialoga y no debate. Nada podemos esperar de un Gobierno que solo hace negocio. Es decir, nada podemos esperar de la Política Canalla en La Rioja, solo una canallada más.