En sus clases de Doctrina Peronista (recopiladas en el Libro Conducción Política) el General Juan Domingo Perón explica que “una elección se gana sacando la mayoría más uno de los votos, pero no se puede Gobernar con la mayoría más solo uno, teniendo la mitad de la sociedad en contra”. Esa lección es la que debieran estar estudiando y analizando las tres nuevas autoridades ejecutivas que tenemos los riojanos: Mauricio Macri, Sergio Casas y Alberto Paredes Urquiza.
Los tres ganaron sus respectivas elecciones en buena ley y asumieron el poder, pero ahora se viene lo más complicado: Gobernar. Las campañas electorales ya quedaron atrás, y ahora es turno de que los Gobernantes empiecen a ‘cumplir sus promesas’, con el doble desafío de que dichas promesas –que muchos electores NO acompañaron- no terminen de quebrar la relación con los ciudadanos ‘opositores’.
Si seguimos los parámetros del General Perón en la relación votos-gobernabilidad, puede separarse –en principio- a Sergio Casas del Presidente y el Intendente Capitalino. Mientras el Gobernador obtuvo un amplio margen (casi 15 por ciento sobre Martínez), el Presidente y el Intendente obtuvieron sus respectivos cargos por la mínima diferencia. Macri perdió las elecciones generales y en el Balotaje superó a Scioli por una ventaja mucho menor a la esperada (dos puntos); Paredes Urquiza se transformó en Intendente venciendo a Inés Brizuela y Doria y Hugo Vera, pero con más de 6 cada 10 capitalinos que NO lo votó.
Sergio Casas empezó mal
El amplio margen por el que Sergio Casas venció a Julio Martínez el pasado 5 de Julio se debe, exclusivamente, a la implacable estrategia electoral de Luis Beder Herrera; quien aprovechándose de un polémico sistema electoral, confundió al elector, predominando la elección a Intendente en cada Departamento, y votando ‘de rebote’ al candidato a Gobernador del justicialismo. Las denominadas ‘colectoras’ lograron que una gran cantidad de riojanos vote a su nuevo gobernador aún sin conocerlo.
Sin embargo, las reglas eran claras y Julio Martínez las conocía a la perfección cuando presentó su candidatura. Mashasha también hizo uso y abuso de las Colectoras (12 en Capital) pero su estrategia electoral no fue exitosa: el radicalismo tendrá que rever cómo en una provincia donde 6 de cada 10 riojanos son ‘opositores’ (Macri obtuvo 60% en el Balotaje), el oficialismo triunfó cómodamente en la elección a Gobernador. Echarle la culpa a las ‘Colectoras’ (que el radicalismo también utilizó) es un argumento liviano, que puede servir para disimular la derrota ante la sociedad pero no como autocrítica para llegar –al fin- al poder.
La diferencia de 15 puntos a favor de Casas existió y es inapelable desde la legalidad, pero no así desde la legitimidad que le garantizará ‘estabilidad’ en su Gobierno. Primeramente, porque –siguiendo- a Perón, el 55% que obtuvo implica que existe un 45% que es opositor al Gobierno. Segundamente –y lo más importante- porque Sergio Casas NO es dueño de sus votos. Cualquier riojano mínimamente avezado en el ámbito político sabe que el dueño de ese triunfo se llama Luis Beder Herrera.
Consecuentemente, Casas no solo deberá gobernar con la presión de saber que un 45% de la Provincia NO lo votó; sino con la difícil misión de convencer a ese 55% que SÍ lo votó que sigue ‘representando’ los ideales del –ahora- ex Gobernador. Es decir, si Casas osa con terminar el ‘chirolitismo’ que ya muchos le reprochan, provocará que el dueño de ese 55% le haga sentir el rigor de ser un Gobernador ‘deslegitimizado’. Por el contrario, si Casas continúa siendo ‘leal’ y obedeciendo a Beder, su falta de liderazgo hará que ese 45% que NO lo votó en Julio vaya creciendo progresivamente.
Este análisis simplista sirve para graficar el complicado Laberinto en el que se encuentra encerrado el Gobernador riojano. En su primer gran ‘decisión’ como Gobernador (Gabinete), el Pueblo se sintió ampliamente decepcionado. Los nueve Ministros que acompañan a Sergio Casas en su primer tramo de Gobierno son caras ‘viejas’, repetidas y ya conocidas por todos. “No escucharon el mensaje de las urnas, de una gran mayoría de riojanos que pidieron CAMBIOS”, reaccionó rápidamente Inés Brizuela y Doria (con Martínez en Buenos Aires oficiará como principal vocera de la oposición) tras conocerse el Gabinete.
Efectivamente, en el Gabinete NO hubo Cambios. Fue una muestra cabal de que quien sigue ‘gobernando’ la Provincia se llama Luis Beder Herrera, que ubicó a gente de su extrema confianza en los lugares claves.
Macri y Paredes Urquiza Transversales
Al Presidente y al Intendente capitalino les cabe a la perfección la advertencia de Perón: la mínima diferencia les permitió ganar, pero no podrán gobernar solo con esa mínima diferencia ‘a favor’. La primera reacción de ambos, a la hora de conformar su gabinete, fue la misma: transversalidad. Mediante la integración de espacios políticos hipotéticamente opositores, Macri y Paredes pretenden estirar el leve margen popular con el que accedieron al poder.
Sin embargo, ambos tendrán que lidiar con el hecho de tener como principal líder opositor a quien estuvo 12 años en el lugar que ahora ocupan. Naturalmente, Ricardo Quintela será el líder excluyente de la oposición en la Capital riojana. El Gitano conoce a la perfección el Municipio, como si fuese su casa –literalmente- y sabe mejor que nadie dónde hay que apuntar para ‘dañar’. La estirpe de líder del ex Intendente, y el carisma natural del Gitano para persuadir a las masas será un fantasma constante para las aspiraciones estabilizadoras de Paredes Urquiza.
Amén de las lecturas políticas que se puedan hacer, el Intendente deberá convencer –con hechos- al capitalino de que su principal promesa de campaña (mejora sustancial de los Servicios Públicos) se concreta día a día. Será crucial la inmediatez con la que obtengan los resultados. En el éxito –o no- de esa inmediatez se definirá la estabilidad de los primeros meses de su Gobierno.
Retornando al campo estrictamente político, con miras hacia el futuro, serán vitales las elecciones de las próximas autoridades partidarias en el Justicialismo. Actualmente, el Presidente del PJ en la Provincia es Luis Beder Herrera; en Capital, el Presidente del PJ es Alberto Paredes Urquiza. Ambos, deberán ratificar sus cargos en las elecciones partidarias del año entrante. En el protagonismo que tengan el Gobernador y el Intendente en dichas elecciones, se podrá advertir la ‘estabilidad’ que se les intenta garantizar desde su propio partido.
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