Poco a poco, se va acabando la incertidumbre que caracteriza a todo año electoral. Nuestra Provincia será la primera en ir a las urnas, no para elegir al Gobernador, pero sí para determinar si el actual mandatario puede ser candidato. Amén de las disputas jurídicas, el 27E será crucial para terminar de decidir el escenario electoral que definirá al próximo gobernador de toda la Provincia.
El Domingo 27 cerca de las nueve de la noche, cuando la tendencia sea definitiva, los riojanos estaremos muy cerca de saber quién será nuestro próximo Gobernador, o –por lo menos- quienes disputarán ese privilegio. La fecha de la elección a Gobernador, que hasta hoy es una incógnita, también se definirá según los guarismos que arrojen el 27E.
El dato más importante es que un triunfo del SÍ –aunque sea por un voto- termina con cualquier tipo de misterio: Sergio Casas será gobernador hasta 2023. Si gana el SÍ –enfrentando a los otros tres pre candidatos a Gobernadores (Martínez, Paredes Urquiza y Beder Herrera)-, no habrá escenario posible en el que el Gobernador no pueda ratificar dicho triunfo en la elección general, que será convocada de inmediato para el 12 de Mayo.
Con un Casas victorioso el 27E, Beder Herreras y Paredes Urquiza se bajarán de la disputa, y muy probablemente intenten negociar con el oficialismo su futuro en los próximos cuatro años. Solo quedará como candidato opositor Julio Martínez, sostenido por la estructura nacional de Cambiemos, pero sin ningún tipo de posibilidades de vencer.
Existe una variable a la que se debe presar atención: el resultado en Capital. Aún ganando el SÍ en la general, si el NO logra un amplio triunfo en Capital, Paredes Urquiza quedará fortalecido. Habrá una nueva instancia de diálogo entre Provincia y Municipio, y –con un triunfo del NO en Capital- APU podrá elegir entre continuar en la Intendencia por cuatro años más, o aceptar la Vicegobernación de Casas.
Lo que es un hecho es que el triunfo del SÍ cambiará el escenario político actual, donde se ve a cuatro figuras importantes con ansias de Gobernación. El SÍ le daría a Casas la consolidación de su liderazgo, volviendo al histórico bipatidismo (PJ vs UCR), y obligando a los restantes referentes justicialistas (APU y Beder) a encolumnarse detrás del Gobernador y Presidente del Partido.
Al respecto, hay quienes sostienen que el triunfo del SÍ sería ‘dejar todo como está’, avalado por la gente: Casas Gobernador, APU Intendente y Beder Diputado (su acercamiento al Oficialismo se daría post elección a Gobernador).
En materia judicial el triunfo del SÍ sería un mensaje al que desde Nación se pondrá atención: una resolución de la Corte contraria a la voluntad popular NO le sumaría al Presidente de la Nación en su camino a la reelección.
El NO abre el Juego
Un triunfo del NO sacudiría el tablero. Primeramente hay que decir que la ‘victoria técnica del NO’ es imposible: para que el No logre rechazar la enmienda, se debe –además de vencer al SÍ- lograr el 35% del padrón; lo que significa alrededor de 98.000 votos. Para tener una idea concreta de lo que esa cifra representa, en la última elección general en La Rioja, Julio Martínez venció a Carlos Menem obteniendo 92.000 votos.
Es decir, en una elección en Octubre, con toda la ‘maquinaria electoral’ en juego, Mashasha ganó pero NO logró alcanzar el 35% del Padrón. Es totalmente improbable que una elección en Enero, con la tranquilidad electoral que ello implica, quien gane supere la cantidad de votos cosechada por Julio Martínez en 2017.
Ahora bien, aunque no alcance para rechazar la Enmienda, un triunfo del NO le quitará legitimada a la candidatura de Casas, y repercutiría directamente en el armado electoral para la elección a Gobernador. Hay varias lecturas al respecto, dependiendo de la ventaja por la que podría imponerse el NO.
Si el NO gana por paliza (léase por más de 20 puntos), el Gobernador estaría obligado a resignar sus aspiraciones. Por más que su candidatura sea legal, no gozará de legitimidad, y el PJ deberá buscar otro camino para retener el poder. Hay quienes hablan de –tras un 27E negativo- llamar a una Interna dentro del oficialismo para definir al candidato. Amén de que ‘los tiempos no darían’, esta noción no logrará prosperar: Casas es la figura con mejor imagen en Provincia, si la gente le dice NO a Casas, le dirá NO a cualquier dirigente del oficialismo.
Otra alternativa para el justicialismo es convocar a una Interna, pero invitando a Paredes Urquiza y a Beder Herrera a competir contra los candidatos propios (Quintela y Madera), para aunar posiciones dentro del PJ y disputarle la Gobernación al radicalismo en un mano a mano. Este escenario tiene dos contras: primeramente el tiempo, las internas retrasarían la elección general, juntándola con la Presidencial, lo que –aún con la mala imagen de Macri- no le conviene al PJ; y la segunda es que APU está convencido de que sería una ‘trampa’ en la que no está dispuesto a caer.
Con lo puesto, una derrota abrumadora del SÍ, arrinconaría al oficialismo a buscar el candidato a Gobernador fuera de la estructura actual del PJ. APU o Beder, esa será la gran discordia en este posible esquema. No será fácil la definición, ya que la gran mayoría de la dirigencia ve con buenos ojos ‘volver al Doctor’, pero los principales asesores de Casas aseguran que ‘las encuestas arrojan que un 62% no votaría a Beder como Gobernador’.
En cuanto a APU las encuestas no son drásticas, con el apoyo de ‘todo el aparato del PJ unido’ le ganaría cómodamente a Mashasha. ‘El problema es que APU ya se mandó varias macanas, y los compañeros no le confían nada’, confió a RL una importantísima fuente desde la Casa de las Tejas. Encuestas vs Dirigencia, esa será la definición que deberá tomar el Gobernador para decidir entre el Intendente capitalino y el ex Gobernador. Las encuestas lo guiarán hacia el primero, el grueso de la Dirigencia en toda la Provincia hacia el segundo.
Un segundo escenario que hay que imaginar dentro de la posible victoria del NO, es que la diferencia sea menor a 20 puntos. En ese caso, desde el oficialismo sostienen que la candidatura de Casas no se tocará, pero saldrán a la búsqueda de un acuerdo político con las otras patas de PJ, hoy distanciadas del Gobierno. A APU le volverán a ofrecer la Vicegobernación y que su espacio dispute la Intendencia contra Quintela, y a Beder se le garantizará la continuidad en el Congreso.
Con un Oficialismo derrotado el 27E, pareciera difícil que el Intendente capitalino y el Diputado Nacional se dejen ‘poner condiciones’. Es en este escenario (derrota ajustada del SÍ) donde podría haber cuatro candidatos a la Gobernación. Si sale Beder, APU confiará en que su fortaleza en Capital le alcanzará para superar el voto dividido del oficialismo entre Casas y LBH; y si sale APU, Beder cree que una disputa entre cuatro candidatos lo beneficia claramente, ya que ‘su techo’ de 30% le alcanzaría para ganar la Gobernación.
Habrá que estar atentos también a la cantidad de riojanos que NO vaya a votar: inteligentemente, Beder Herrera pide a sus seguidores que ‘no voten’, y seguramente buscará capitalizar el altísimo porcentaje de abstención que se espera.
Por último, vale destacar que quien se ve diezmado notoriamente en sus posibilidades es Julio Martínez. El Senador radical terminó el 2017 como el gran candidato a quedarse con la gobernación dos años más tarde (situación similar a la de 2013), pero el 27E servirá de ‘gran encuesta’ para que los ‘muchachos peronistas’ vean dónde están parados, y a partir de allí definir cuál es la mejor manera de no entregarle el poder a un Radical.
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