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Después de la renuncia de Messi, ¿viene la de Martino?
El entrenador ya se había mostrado molesto en la previa de la final. Anoche, sin conocer la decisión de Messi, no hizo referencia a su propia salida. Pero hoy podría haber novedades a su arribo al país.
La final de la Copa América Centenario llegó a su fin, y Lionel Messi anunció que se va de la Selección. La renuncia del capitán puede arrastrar otras decisiones. Como las de sus compañeros Mascherano, Biglia, Higuaín, Lavezzi, Agüero. Pero también Gerardo Martino analiza pegar el portazo. La idea, según trascendió en la previa de la final, ronda por su cabeza desde hace varios días a partir de los desajustes organizativos y la crisis de la AFA, y hoy se acentúa por la frustración de no haber ganado el título que se le niega a la Argentina desde hace 23 años.
Anoche, después del partido, Martino habló de los méritos que el equipo argentino hizo para ganar en los 90 minutos y el alargue. Y sostuvo que «sólo queda seguir adelante». No se refirió a su futuro en particular, y tampoco sabía a esa altura de la decisión tomada por Messi.
En el futuro inmediato están los Juegos Olímpicos de Río, y el Tata dirigirá a la celeste y blanca. Martino está molesto con la AFA por el escaso eco que encontró tras las convocatorias. Y también por el tema económico: su presencia en Estados Unidos estuvo en duda porque la AFA le debía varios meses de sueldos. Le pagaron algo, y siguió.
Cuando Martino regresó al vestuario se encontró con un panorama desolador, en el que gobernó el silencio. Ese mismo silencio que acompañó al plantel hasta el hotel, en la medianoche estadounidense. Tras la cena, los futbolistas se dividieron en dos grupos: los que regresaron al país y los que se quedaron (Romero, Mercado, Augusto Fernández, Banega e Higuaín).
El micro que trasladó al plantel del hotel rumbo al aeropuerto salió a las 3.30 de la mañana. Afuera, un grupo de hinchas argentinos se dividió entre los aplausos y los reproches. A las 5, el avión levantó vuelo y llegará al país alrededor de las 18. Allí adentro, en un silencio sepulcral y con su cuerpo técnico, Martino debe debatirse entre quedarse o irse.
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