El 27 de Octubre, por primera vez desde que volvió la Democracia, el Peronismo recibió un duro golpe en las urnas: perdió el Departamento más grande de la Provincia en manos del radicalismo. Por otra parte, si bien el PJ cumplió el objetivo mayor de retener la Gobernación, seis de cada diez riojanos que fueron a votar, le dieron la espalda a su candidato.
La ciudadanía riojana, peronista en su gran mayoría, le está mandando un claro mensaje a las autoridades del Partido: ‘no pueden hacer cualquier cosa, si no se hacen las cosas bien, se pierde’. Así pasó en Capital, donde el peronismo abusó de su mayoría, y le permitió a una dirigente radical –con solo el 35% de los votos- quedarse con la Intendencia. Hubo tres candidatos peronistas que se repartieron el 65% de los votos (Tere Madera, Alberto Paredes Urquiza y Néstor Bosetti) y le permitieron al radicalismo ganar una elección siendo una clara minoría.
El dato más preocupante es que en las elecciones de 2015 hubo una señal de alerta en Capital, que el peronismo optó por no escuchar. En ese entonces, en la disputa por la Intendencia, el peronismo fue con dos candidatos (Hugo Vera y Paredes Urquiza), y el radicalismo con una sola (Inés Brizuela y Doria). La división del PJ dejó a Inés muy cerca de la Intendencia, a solo 2.500 votos de Paredes Urquiza.
Lejos de aprender la lección, el PJ capitalino redobló la apuesta, y en lugar de dividir sus votos en dos candidatos (como en 2015) lo hizo en tres. Resultado: ganó el radicalismo
Lejos de aprender la lección, el PJ capitalino redobló la apuesta, y en lugar de dividir sus votos en dos candidatos (como en 2015) lo hizo en tres. El resultado, visto desde el sentido común, era más que esperable: el tercer candidato peronista le arrebató un puñado de votos a la candidata peronista más votada, y logró que aquella diferencia de 2.500 en favor del PJ en 2015, ahora sea en favor de la UCR.
A la hora de echar culpas y establecer responsabilidades, en el peronismo reina el ‘ponciopilatismo’, y brilla por su ausencia la autocrítica. ‘Es culpa de Beder, al poner dos candidatos a Intendente en Capital, nos hizo perder el Departamento’, disparan desde el –ahora- ex Casismo. ‘La culpa de ellos, nosotros éramos los que teníamos que retener el poder, estábamos obligados a salir, si hubo división de votos en el peronismo es culpa de ellos’, retrucan desde el paredismo.
“Lo que me desvela todas las noches es no quedar en la historia como el Gobernador peronista que le entregó el poder a un radical”, repetía Casas. No lo hizo con la Gobernación, pero -como Conductor del PJ- si con la Intendencia capitalina.
Casas… ¿Ángel o Demonio?
“Lo que me desvela todas las noches es no quedar en la historia como el Gobernador peronista que le entregó el poder a un radical”, fue la frase que repitió públicamente en varias oportunidades el Gobernador saliente Sergio Casas. Seguidamente, pedía una y otra vez, por la Unidad del PJ.
Casas tendrá la tranquilidad de no quedar en la historia con la pesadilla que lo perseguía: le entregará el poder a un peronista nato, Ricardo Quintela. Sin embargo, en la lista del ‘Debe’, no se podrá evitar poner que –bajo su conducción en el Partido- no se logró la Unidad del PJ, y eso le costó al peronismo perder el Departamento más grande de la Provincia.
Siendo Gobernador e Intendente capitalino respectivamente, Beder y Quintela han tenido varios idas y vuelta, pero cada cuatro años, llegado el momento de la elección, dejaban las diferencias de lado cuando la continuidad del PJ estaba en riesgo. Así fue que en 2011 y 2015, pese a que muchos esperaban lo contrario, el Presidente del PJ logró la unidad con el Intendente capitalino, sin poner en riesgo ni la Gobernación ni la Intendencia en manos del PJ.
Si el peronismo no escucha la señal de alerta del #27O, en cuatros años puede perder la Gobernación; ese es el gran temor de muchos dirigentes peronistas.
El 27 de Octubre el Peronismo fue dividido en dos, pero le alcanzó para vencer al único candidato radical. Esta misma frase se utilizó el 6 de Julio de 2015 (un día después de la elección) para sintetizar lo sucedido en Capital. El Peronismo no hizo caso a la señal de alerta, y cuatro más años perdió la Intendencia. Si el peronismo no escucha la señal de alerta del #27O, en cuatros años puede perder la Gobernación; ese es el gran temor de muchos dirigentes peronistas.
Si en cuatro años, el PJ no logra solucionar sus problemas internos, y en lugar de dos, presenta tres candidatos a la Gobernación, el radicalismo muy probablemente gane la Gobernación. No importa los nombres de los candidatos, es una cuestión de voto sostenido en el tiempo según la ideología de cada ciudadano. El peronismo tiene 140 mil votos y el radicalismo entre 60 y 70 mil (dependiendo del contexto nacional); el #27O Quintela obtuvo 90 mil, Beder 50 mil y Mashasha 63 mil.
En 2023, si el Peronismo no resuelve sus internas y divide sus 140 mil votos en tres candidatos, las chances del radicalismo de llegar a la Gobernación crecerán notablemente. Es un análisis puramente matemático, desde el sentido común, y que por más ‘sencillo que parezca de comprender’, en Capital no se lo entendió.
El peronismo tiene 140 mil votos. Dividiéndolo en dos le alcanzó para vencer a los 65 mil del radicalismo. Si en 2023 los divide en tres candidatos, el radicalismo será el favorito.
‘Beder no quería escuchar a nadie, ni siquiera a Alberto Fernández, que en su última visita le pidió que no salga y acompañara’, disparan desde el oficialismo para justificar la división del PJ. Por su parte, Beder Herrera hace un análisis que en principio puede parecer algo descabellado, pero que la matemática y la coyuntura política de los últimos años lo respalda: ‘si yo no era candidato, Julio Martínez se los llevaba a Paredes Urquiza y Tití Bosetti y le peleaba voto a voto la Gobernación al PJ’.
Efectivamente, aquel 2 de Septiembre cuando se concretó el acuerdo político entre Beder y APU en el Avant, en otro punto de la Ciudad, Julio Martínez y José Martínez estaban esperando al ‘Cabrito’ para sellar la fórmula Mashasha-APU. De lo dicho por Beder, un hecho es fáctico: si APU no cerraba con él, se iba con Mashasha. Luego resta dilucidar si los poco más de 20 mil capitalinos que votaron APU Intendente – Beder Gobernador, hubiesen votado por Martínez-APU.
Si sumamos además los 10 mil votos sacados por Bosetti, y trasladamos esos 30 mil capitalinos que votaron por Beder a Julio Martínez, el radical achicaría la brecha que lo separó de Ricardo Quintela, que precisamente fue de 30 mil votos.
Pero todo es materia de especulación, lo cierto es que las elecciones ya pasaron, el PJ fue dividido y Quintela asume la Gobernación con el 40% de los votos. El primer gran desafío político del Gobernador electo será lograr la Unidad del Peronismo, aquella Unidad que Sergio Casas tanto proclamó y pidió, pero que no pudo conseguir.
Quintela entiende, con buen tino, que en la foto del abrazo entre Quintela-Beder, el primero tiene muchas más posibilidades de sumar varios de los 49 mil votos del segundo en Octubre, que el segundo quedarse con algunos de los 91 mil votos del primero
Los primeros gestos son esperanzadores: Quintela invitó a Luis Beder Herrera a su asunción, y el ex Gobernador estará presente en el Superdomo. Quintela entiende, con buen tino, que en la foto del abrazo entre Quintela-Beder, el primero tiene muchas más posibilidades de sumar varios de los 49 mil votos del segundo en Octubre, que el segundo quedarse con algunos de los 91 mil votos del primero.
Quintela asume la Gobernación con un Proyecto de ocho años en el poder, pero con una Intendente capitalina radical, cuyo hermano es el Intendente del segundo Departamento de la Provincia. Inés ya es la líder natural de la oposición. Mujer, combativa, ‘líder opositora nueva’; cuenta con todos los requisitos para hacer historia.
En la conformación del Gabinete, Inés incluyó al Lunismo, al Bosettismo, y a un ex Bederista. La intendente electa tiene claro que necesita del peronismo para soñar en grande, y Quintela deberá comprender que necesita de la Unidad del peronismo para que Inés no ‘sueñe en grande’.
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