Redacción de RiojaLibre
En la Conferencia de prensa de la tarde del lunes –donde se anunció la suspensión de esa jornada-, Luis Robledo se mostró tranquilo, relajado y hasta se dio el lujo de reírse luego de disparar “A lo mejor seguimos con Chaya en Marzo”. Si bien cierto que el organizador no tiene la culpa del Temporal que se vive desde el jueves, resulta irrisorio que se ‘ría’ cuando la Provincia está perdiendo millones con cada día que pasa.
Hotel para todos los artistas, alquiler del sonido, seguridad y un montón de otros gastos que hacer a la organización del Festival siguen ‘cobrando’ aunque las noches se suspendan. Nadie lo ocultará: la edición 2014 de La Chaya dejará millones de pérdidas. ¿Quién padece esas pérdidas? ¿Luis Robledo? De ninguna manera, por eso se explica sus ganas de hacer ‘chites’. Es de tu bolsillo donde saldrá parte de los 10 millones que costará este Festival. Por su parte, Robledo seguirá cobrando el mismo dinero que tenía pautado.
Mientras miles de Turistas se quedan con una pésima impresión de La Rioja por sentirse estafados (“no nos devuelven el dinero de las entradas y abonos”), el organizador se da el lujo de hacer chistes. El humor de Robledo se debe a que él no pierde un solo peso, los más de 10 millones lo puso el Gobierno Provincial.
Otro tema a debatir es el despropósito del Gobierno provincial de destinar 10 millones a un festival en lugar de usar ese dinero en –por ejemplo- brindar el aumento que los docentes disidentes están reclamando. Por un lado, Beder se cansa de repetir que “hay que invertir en educación”, pero al mismo tiempo asegura que no otorgará al aumento salarial a los docentes, y la Provincia pierde alrededor de 10 millones en un Festival. Aclaramos: que el Gobierno no se encargue de la organización no significa que La Chaya NO se haga; tranquilamente puede volver a ‘manos privadas’.
Retornando al inoportuno chiste de su Organizador, tal vez sea la desesperación de saber que está en la cuerda floja y –seguramente- esta será la última Chaya que organizará; pero no se entiende que mientras miles y miles de riojanos (y argentinos) viven el drama de tener que alterar sus planes por las reiteradas suspensiones, él tenga el coraje de hacer bromas irrisorias.
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