Redacción de RiojaLibre
‘En política es muy importante saber reconocer una derrota, saber perder; pero más importante aún es mantener los pies sobre la tierra ante un triunfo, saber ganar’. Ese sabio precepto político electoral es el que está padeciendo Khalil Aleua; como le pasó a Enrique Cabrera dos un año y medio atrás, no supo ganar.
Khalil Aleua y Enrique Cabrera fueron los cabezas de la lista del PRO, que dio el batacazo en las elecciones del 5 de Julio de 2015, y -contra todos los pronósticos- logró meter a dos concejales. En Diciembre, ambas ‘caras nuevas’ de la política riojana asumieron sus respectivas bancas, pero la alegría no duró mucho.
Con solo dos sesiones en su haber, Enrique Cabrera se vio obligado a presentar la renuncia. El experimentado abogado cayó en la trampa que le tendió Alcira Brizuela, quedando expuesto ante la sociedad por un intento de soborno para persuadirla de que se ‘haga paredista’. Embebido en las mieles de la victoria (obtuvo su banca en Julio, el PRO ganó ampliamente en las Generales y el Ballotage), Cabrera NO supo ganar: se creyó más de lo que era y ofició de operador paredista.
La supuesta ‘nueva política’ pecó de inocente, demostrando que Cambiemos de ‘nueva política’ no tiene nada.
Ahora es el joven Khalil Aleua el que demostró que NO supo Ganar: a solo ocho días de un triunfo histórico de Cambiemos en La Rioja, Aluea se creyó impune, patoteando a un conocido empresario en su propio Restaurant, tras una novelezca discusión por amoríos indecentes. Tan grande se sentía Khalil por el triunfo imaginándose como futor viceintendente, que no tuvo los pies sobre la tierra para comprender que ‘patotear’ está mal, es un delito.
Tan obnubilado y ciego estaba Khalil por la victoria del #22O que ni siquiera pudo ‘ver’ las cámaras que todo lo filmaban. Es tal la ‘impunidad’ que da un triunfo electoral, que aún después del escándalo el joven concejal no entendía la gravedad de lo que había sucedido.
En 2015 ganó el Macrismo por primera vez en la historia, y Cabrera NO supo ganar; el #22O volvió a ganar el Macrismo, y -aún con el antecedente de Cabrera- Khalil tampoco supo ganar. Sendas victorias en las urnas (ajenas, por cierto) los obnubilaron, los hicieron quitar los pies de la tierra. La política no los perdonó y los jubiló antes de tiempo.