Redacción de RiojaLibre
Para otro artículo quedará el despilfarro de fondos públicos, ya que la pared donde sacamos la fotografía (como otro centenar en la Capital) fueron pintadas por tres funcionarios bederistas: primero Madera, luego Del Moral y ahora Bosetti. Es decir, en menos de un mes, se malgastó pintura y mano de obra (los tres políticos en cuestión carecen de militancia) para hacer tres pinturas autodestructivas para el Bederismo (cada una ‘tapó’ otra leyenda bederista).
Pero aprovechamos el finde para ponernos a estudiar y ‘cachamos’ los apuntes de Semiótica para analizar esta imagen:
«Las imágenes no nacen solas ni son anónimas, aun cuando no veamos a su autor. Detrás de cada una de ellas hay siempre unos individuos que la producen y que actúan sobre la base de una intención bien definida. Previamente han estudiado a quiénes va dirigida la imagen, cuáles son sus maneras típicas de reaccionar y en qué condiciones o circunstancias se debe producir la “comunicación por imágenes”. Así, detrás de toda imagen hay siempre alguien que desea lograr algo de alguien», nos desburra ‘Introducción a la Semiótica’.
Aclarando que no nos vamos a poner académicos, sino -como siempre- intentaremos ser lo más claro posible; con el auxilio de una Profe de la UNC (‘prefiero que no me nombren ya que se trata de un tema político’) llegamos a las siguientes conclusiones:
1. Análisis textual: ausencia total de texto que haga relación de Bosetti con Beder Herrera. A diferencia de las pintadas anteriores (Tere Madera), donde la referencia al Gobernador era lo primero que sobresalía. En el caso de Bosetti, no se habla de Proyecto, ni de Gestión ni de ningún otro latiguillo que llame al lector a asociarlo con Beder Herrera.
2. Valor icónico: El símbolo que eligió Bosetti para identificarse es el del Partido Justicialista. Teniendo en cuenta el punto anterior, el mensaje parece ser claro: soy justicialista, NO bederista.
3. Color. Es un detalle vital para analizar lo que el emisor quiso comunicar: Beder Herrera se identifica con el color celeste. Tanto Del Moral como Madera había respetado esa insignia. Sin embargo, Bosetti planta bandera y cambia al Rojo. Es una clara intención de despegarse de un color que identifica indefectiblemente a otro político, un acto de rebeldía podría decirse. El Ministro pretende instaurar un color identicatorio a su imagen, que -a su vez- lo separe de otro ya instalado. Rojo=Bosetti y Celeste=Beder. Rojo y Celeste no son lo mismo, así como Bosetti y Beder tamoco; eso es lo que se quiere comunicar.
4. Tipografía. Otro dato que pone al descubierto la intensión de Bosetti de comenzar a despegarse de Beder Herrera. Madera y Del Moral respetaban el tipo de letra de su líder, mientras que el Ministro de Infraestructura quiebra es continuidad e impone una nueva tipografía. El receptor ya tiene dos puntos claves para diferenciar -en su subconsciente- a Beder Herrera de Bosetti: color y tipografía.
La ‘profe’ culmina su cátedra: «Sin saber el contexto de las imágenes, para alguien que no conoce los detalles políticos locales como yo (es de Córdoba), al ver las tres pintadas -y comparándola con gráficas oficiales del Gobierno- está claro que dos de ellas (Madera y Del Moral) pertenecen o se asocian a Luis Beder Herrera, mientras que la restante (Bosetti) nada tiene que ver con el Gobernador«.
No hace falta ser un experto para darse cuenta que las pintadas de Bosetti son totalmente distintas a las anteriores y que ‘algo nos quiere decir’. Es como que el Ministro está preparando el terreno -en el imaginario popular- para que cuando concrete su ruptura no provoque tanta sorpresa. ¿Será el principio del fin del Ministro en el Bederismo? Si es así… ¿Por qué se aleja Bosetti?. Su principal enemigo -y con quién no estaría dispuesto a compartir un armado electoral- es el Intendente Capitalino. ¿Existirá -bajo siete llaves- un pre acuerdo entre Beder y Quintela?.